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Opinión

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Sin tanto conflicto

Rodrigo Alcázar Silva, Comisionado de Cofece

Rodrigo Alcázar Silva, Comisionado de Cofece

La Cofece se despedirá pronto, eso es un hecho. Creo firmemente que hay cosas que se hicieron bastante bien y muchas otras para las que faltó tiempo. La reforma constitucional de 2024 presenta diversas modificaciones. En lo personal creo que algunas de ellas serán positivas. 

Entre lo positivo se encuentra volver a tener una sola autoridad de competencia y ya no dos. Hasta ahora se contempló a la Cofece como autoridad de competencia para prácticamente todos los sectores de la economía, salvo telecomunicaciones y radiodifusión, en donde la regulación de competencia ha sido hasta ahora facultad del Instituto Federal de Telecomunicaciones.

Lo anterior resultó en que en numerosas ocasiones se debieran agotar los procedimientos conocidos como “conflictos competenciales”, para dirimir qué autoridad debía resolver sobre un caso. Cuando se tiene una sola autoridad y son claras sus facultades, es más fácil tramitar ágilmente los casos.

El gran problema que se llegó a suscitar con estos conflictos es que en algunas ocasiones duraron mucho más de lo que especificaba el plazo legal para ser resueltos, lo que detuvo los tiempos de algunas operaciones. Por ejemplo, en el caso AT&T – Discovery, el conflicto se demoró año y medio en resolverse en tribunales, pues planteó retos importantes.

Sin duda tener una sola autoridad de competencia terminará con estos conflictos, aunque lo realmente deseable no es solamente que haya una única autoridad de competencia, sino también que haya una necesaria coordinación entre los reguladores.

Por ejemplo, antes de la reforma de 2013 había una sola autoridad de competencia para todos los sectores y, sin embargo, el grado de coordinación entre los reguladores no alcanzaba para eliminar los fenómenos conocidos como “doble ventanilla”.

Estos aparecían al traslaparse la regulación de Cofetel con la de SCT y con la de Cofeco. Con la primera porque muchas de las decisiones de la Cofetel podían ser revisadas por la SCT y con la segunda por la regulación asimétrica, pues la ley de entonces planteaba que Cofeco debía hacer primero declaratorias de dominancia para que después Cofetel pudiese regular, pero como existían amparos intraprocesales el procedimiento era doblemente litigioso.

Si bien todas estas autoridades dependían del titular del ejecutivo federal, esto no bastaba para que llevaran una política regulatoria lo suficientemente homogénea. Esperemos que eso se logre con el nuevo arreglo institucional.

La experiencia de Cofeco y Cofece, de Cofetel e IFT y en general de varios casos de regulación de mercado en México, permite concluir que es muy relevante que haya más coordinación entre las diversas autoridades que regulan los mercados. Será clave dado que la regulación de preponderancia la impondrá ahora la nueva agencia de competencia y que la nueva Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones tendrá también facultades para establecer condiciones de competencia efectiva en la prestación de los servicios de telecomunicaciones y radiodifusión, según el artículo sexto constitucional.

En estos años también tuvimos buenos ejemplos de coordinación entre instituciones. Los convenios de colaboración que firmó Cofece con los gobiernos de entidades como Jalisco y Yucatán demuestran que estas colaboraciones sí se pueden dar y que funcionan.

Mientras se emite la regulación secundaria en materia de competencia, considero relevante que los legisladores tengan en la mira estos retos, para asegurar que los procesos y procedimientos que lleven los nuevos reguladores provean seguridad jurídica para las inversiones.

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