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Funcionamiento de la Comisión Antimonopolios después del arreglo estructural de las reformas a la ley

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OpiniónEl Economista

La nueva Comisión Antimonopolios no obedece en ninguna razón a la voluntad de la presidenta Sheinbaum, al contrario. AMLO quería deshacerse de todos los organismos constitucionalmente autónomos a como diera lugar. Y en el caso del primer órgano logró quitarle la autonomía pero no la estructura general de la Ley y del órgano antimonopolios.

Cuál ha sido, como hemos señalado, la función de la conservación del órgano de competencia. Claramente, cumplir con el capítulo correspondiente del T-MEC para asegurar, como promete en ese tratado, con la existencia de ese órgano. Lo demás está de más.

Otro efecto del arreglo institucional de la nueva Comisión Antimonopolios es hacerla autárquica económicamente. Este año excepcional le destinará 400 millones de pesos, pero el resultado es que a la postre sea un organismo autónomo: esto lo logrará con la posibilidad de quedarse con el monto de las multas que queden firmes, el pago de derechos por notificación de concentraciones y el cobro por la autorización de los programas de compliance que apruebe la Ley. Los artículos financieros transitorios señalan que a medida que se vaya volviendo autónoma financieramente, dejara de percibir fondos del Presupuesto de Egresos de la Federación.

Dadas estas características, a la presidenta Sheinbaum le conviene que sea un órgano activo, para parecer un gobierno eficaz y evitar problemas con los norteamericanos. Por lo demás, le tendrá sin cuidado el funcionamiento del órgano, ya sin dientes contra el gobierno.

Con esta Ley desaparece la política de competencia del país, pues tiene prohibido motu proprio, opinar sobre los efectos en la competencia de los actos de gobierno, y nada mas podrá opinar cuando así se lo permita el Gobierno Federal.

Además, como ya se ha mencionado, pasa a formar parte de la administración descentralizada de la organización del país, en forma similar a la Procuraduría Federal de Protección del Consumidor, ambos serán órganos dependientes de la Secretaría de Economía, como organismo centralizador, pero la última palabra, no lo dude, lo tendrá la presidenta constitucional Claudia Sheinbaum Pardo.

A su reducida autonomía dependiente de la presidenta y el Secretario de Economía, si hace demasiado ruido contra los empresarios estos siempre gozan de derecho de picaporte frente a Palacio Nacional, pero lo más probable es que sea un órgano que vuele bajo. En casos importantes, será un fiel reflejo de la voluntad de la Presidencia, si los particulares se obstinan, la 4 T tiene el Poder Judicial obturado para confirmar las sentencias de su Majestad Imperial o sus lacayos.

*El. autor es Master y Doctor en Derecho de la competencia, Profesor Investigador de la Facultad de Derecho de la Universidad Panamericana y socio del despacho Jalife Caballero en competencia económica.

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