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¿Soberanía energética?

La necedad de echar dinero bueno al malo, solo se explica o por una falta de conocimiento o por locura… Macraf
Hablar de Pemex en el contexto de la 4T genera intensos debates y preocupaciones, sobre todo cuando se anuncian acciones como la reciente
publicación por parte del presidente López Obrador de un Decreto que condonó a Pemex aproximadamente 87 mil millones de pesos en impuestos que debió pagar al fisco durante los pasados meses. Esta acción se suma a un total de poco más de 450 mil millones de pesos en apoyos fiscales otorgados por el Gobierno Federal a la empresa durante la presente administración.
Lo que ha motivado esos apoyos es la convicción del presidente López Obrador de que Pemex es una palanca de desarrollo para México. Sin embargo, la realidad muestra que la empresa no es rentable en ningún sentido. La falta de una estrategia clara y eficaz para aumentar la extracción de crudo y mejorar la eficiencia operativa ha llevado a una situación donde la empresa enfrenta graves problemas financieros y operativos.
Las cifras de producción y eficiencia de Pemex están lejos de ser alentadoras. Las refinerías del sistema nacional de refinación operan por debajo de su capacidad, la producción de petróleo no alcanza las metas establecidas y la importación de gasolinas sigue aumentando. La agencia crediticia Moody's recientemente rebajó la calificación de Pemex, señalando una peor calidad crediticia y un nivel de riesgo elevado. Aunque el respaldo del gobierno federal garantiza el pago de la deuda de la empresa, esto no ha sido suficiente para mejorar su situación financiera y operativa.
Comparada con otras petroleras globales, la deuda de Pemex tiene una prima más alta, lo que refleja una mayor percepción de riesgo por parte de los inversionistas. Mientras que empresas como ExxonMobil o Saudi Aramco tienen primas de riesgo considerablemente más bajas, Pemex enfrenta una situación más desafiante en los mercados financieros.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) estima que el total de aportaciones a Pemex entre 2019 y 2023 alcanza los 70 mil millones de dólares, lo que equivale a 1.32 billones de pesos. A pesar de esta inversión masiva, los resultados esperados en términos de rentabilidad y eficiencia no se han materializado, y por si fuera poco, la construcción de la refinería de Dos Bocas, uno de los proyectos emblemáticos de este gobierno, no ha avanzado según lo planeado. Hoy tenemos una refinería que no refina nada. Además, el pasivo laboral de la empresa es mayor que su valor propio, lo que indica una situación financiera precaria.
Por su parte, la falta de interés en impulsar la reforma energética de 2014 ha limitado las oportunidades de Pemex para aumentar la producción de crudo y transferir parte del riesgo a inversionistas privados. Aunque existen empresas privadas que hoy contribuyen a la producción de petróleo en el país, aproximadamente 100 mil barriles de petróleo diario, su impacto es limitado en comparación con el potencial que podría haberse alcanzado si se hubiera impulsado la implementación de la reforma.
En este contexto, surge la pregunta de si se ha logrado la soberanía energética que tanto se ha promovido. La respuesta es no, ya que Pemex no produce más ni de manera más eficiente que en el pasado. Además, el costo de mantener esta supuesta soberanía energética ha sido considerablemente alto y no ha generado ningún beneficio real.
Para el año 2024, se espera que el presupuesto de Pemex sea 3.4 veces más grande que el de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), 2.2 veces mayor que el asignado a la Secretaría de Comunicaciones para infraestructura y 1.8 veces superior al asignado al sector salud. Estas cifras ponen de manifiesto la magnitud del gasto público destinado a una empresa que, dicho en buen castellano, está quebrada y cuyos objetivos operativos y financieros podrían poner en jaque las finanzas públicas mexicanas en poco tiempo.
Pemex representa un gran desafío para México, por lo que se requiere una revisión exhaustiva de la estrategia energética del país. Pero, más interesante es conocer las propuestas de las candidatas y el candidato a la presidencia sobre la empresa petrolera mexicana. Y, ojo, hago hincapié en la empresa y no en el sector, porque finalmente es Pemex quien está recibiendo grandes sumas de dinero, que por supuesto se están quitando de sectores tan importantes como educación, salud y seguridad.
*El autor es académico de la Escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana, consultor experto en temas económicos, financieros y de gobierno, director fundador del sitio El Comentario del Día y conductor titular del programa Voces Universitarias.