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Opinión

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Politizar la desgracia

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Demetrio Sodi

Sea correcto o no, cualquier desgracia como la pandemia en 2019 o en estos momentos, los destrozos que causó el huracán Otis en Acapulco, se convierte en un botín político para el gobierno o para la oposición.

Lo vimos durante la pandemia y los estamos viendo ahora, el gobierno va a usar toda su capacidad de comunicación y todo el presupuesto público para apoyar a la población y sacar raja política, por el otro lado, no sólo los partidos políticos, sino sobre todo los analistas y periodistas que han sido agraviados por el presidente, van a usar los destrozos en Acapulco y la desesperación de la población como un instrumento para pegarle al gobierno.

Con gran cinismo, el presidente López Obrador dijo al inicio de la pandemia que le había caído como anillo al dedo, sabiendo que podría culpar a ésta de cualquier fracaso de su gobierno. Con la pandemia la oposición se equivocó, se dedicó a criticar y hablar del número excesivo de muertes, mientras el gobierno garantizaba la hospitalización y la vacunación gratuitas. La guerra de la información la acabó ganando el presidente, según las encuestas más del 65% de la gente calificó como buena la actuación del gobierno durante la pandemia.

Algo similar puede pasar con los afectados por el huracán, para el gobierno es una prueba de fuego, pero si dan respuestas rápidas, puede ser un gran triunfo de final de sexenio y ante las elecciones del próximo año. Un gobierno que tiene un presupuesto de 9 billones de pesos para el próximo año, cuenta con los recursos suficientes para enfrentar los destrozos del huracán y como quedó claro en el programa que presentó el presidente López Obrador el miércoles pasado, para apoyar con recursos y programas directamente a toda la población afectada. Para la oposición la situación no es fácil, tiene que ser muy cuidadosa y en estos momentos limitar la crítica; hacer propuestas que sabe el gobierno va ignorar y no caer en las provocaciones de los analistas políticos. Muchos se preguntan por qué los legisladores de Morena no aprobaron un fondo para Acapulco, la respuesta es obvia, un fondo obligaría a la transparencia y tendría reglas, el gobierno no quiere eso, va a manejar los apoyos como algo personal del presidente y su partido.

Para la oposición el único camino para interactuar y hacerse presente con los damnificados es acercarse más a las ONG y organizar caravanas para llevar los apoyos. Hay que estar conscientes que el que va a dar la cara por el gobierno es el Ejército que cuenta con una opinión muy positiva ante la población. En Acapulco el gobierno tardó en reaccionar ante la magnitud del huracán, pero se dio cuenta y ya tomó la iniciativa y el liderazgo. Continuar descalificando todo lo que hace el gobierno e inventando grabaciones y fotos extremas puede convertirse en un boomerang para la oposición. Puede pasar igual que en la pandemia, mientras la oposición criticaba el gobierno vacunaba, ahora mientras la oposición critica el gobierno está llevando apoyos a los damnificados. Dicen que “la ocasión la pintan calva”, el presidente va a hacer hasta lo imposible para atender directamente a toda la población y sectores afectados, cuenta con los recursos y los programas y si algo sabe este gobierno, es regalar dinero. Hay quienes piensan que Acapulco puede ser el Waterloo del gobierno y del presidente, cuidado, lo más probable es que sea un triunfo que utilizarán política y electoralmente el año que viene.

Demetrio Sodi

Ciudadano interesado en las soluciones para el país y la Ciudad de México. Político mexicano, ha sido diputado federal (1988-1991), senador (2000-2006) y jefe delegacional de Miguel Hidalgo (2009-2012)

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