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Padrones de beneficiarios: riesgos y costos
El estado de Bienestar depende de políticas públicas eficaces para dar resultados que atiendan la causa raíz de los problemas sociales.
Los padrones de beneficiarios son indispensables para que los programas de gobierno entreguen los beneficios programados. Si su integración es deficiente y su administración poco transparente se incurre en riesgo de desvió de recursos y en costos de transacción crecientes, pero el mayor riesgo es que no se cumpla con el objetivo primordial de mejorar la situación de los beneficiarios.
Desde 2001 tanto el Plan Nacional de Desarrollo como los Programas Sectoriales establecieron la necesidad de elaborar padrones únicos de sujetos beneficiarios y de organizaciones. Su objetivo fue focalizar los subsidios y apoyos a la población objetivo, detectar duplicidades en su otorgamiento y hacer eficiente y transparente su asignación. En más de una década han quedado en evidencia los problemas que persisten en el diseño e integración y uso de los padrones de beneficiarios.
Los padrones son el vínculo entre los recursos asignados a los programas y los efectivamente otorgados a los beneficiarios o derechohabientes. Si este vínculo es débil se producen desvíos y se incurre en el riesgo de acreditar a personas y organizaciones fuera del patrón. Los padrones deben formar un binomio sólido con las Reglas de Operación y con los objetivos, indicadores y metas programadas. La principal debilidad en las políticas públicas es por la desvinculación entre estos elementos.
Un caso ilustrativo lo representa el sector rural, estratégico para el desarrollo del país. En el sexenio anterior se propuso contar con un Sistema Único de Registro de Información el cual debía integrar los padrones de once programas de modalidad S (subsidios).
En 2018, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó que se entregaron recursos a beneficiarios que tuvieron deficiencias en la CURP y en el Registro Federal de Causantes, elementos que se utilizan para corroborar la identidad de los beneficiarios. Otros problemas asociados a la integración del Sistema Único de Registro son que no se logró integrar a todos los programas en padrones del Sector Rural y no se llevaron a cabo acciones de coordinación entre dependencias federales, estatales y municipales.
Además, persiste una focalización ineficiente de recursos, duplicidades en los subsidios otorgados y falta de mecanismos de supervisión y control en la canalización y entrega de los apoyos. El problema más significativo ha sido la entrega de recursos a organismos intermedios que tienen incentivos para desviar recursos destinados a los beneficiarios legítimos.
La reingeniería de los programas del sector rural puede contribuir a fortalecer los aspectos sociales, redistributivos y económicos. Su rediseño e implementación debe considerar, como elemento inexcusable, la revisión exhaustiva de los padrones de los padrones de beneficiarios y de organizaciones rurales. Algunas de éstas son de membrete y poco o nada aportan al desarrollo. La solución no está en eliminar los padrones sino en fortalecerlos y blindarlos.

