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A medio gas

En los primeros meses del presente año, se pudo observar una recuperación modesta en la actividad económica de Estados Unidos en relación con el magro desempeño observado al cierre del 2015.

En los primeros meses del presente año, se pudo observar una recuperación modesta en la actividad económica de Estados Unidos en relación con el magro desempeño observado al cierre del 2015. Al interior de la actividad económica se puede observar una evolución positiva del consumo frente a la persistente debilidad del sector exportador

A pesar de este mejor arranque, una vez trascurrido el primer trimestre del año, se siguen observando riesgos que ocasionan rigideces en la actividad productiva de la economía más grande del mundo. Uno de estos diques es el endurecimiento por parte de la Fed de las condiciones monetarias en el 2015, acción que se cuestiona precisamente por el hecho de que el proceso de recuperación se encontraba en una etapa de consolidación.

Otro elemento de riesgo es la marcada desaceleración del bloque de países emergentes, que se ha reflejado en fuertes disminuciones en el precio de las materias primas, en particular el petróleo, lo que ocasionó el colapso del sector energético. Desafortunadamente, la falta de acuerdos para limitar la producción de crudo y la persistencia de dudas sobre el desempeño económico mundial, hacen prever que los precios del petróleo seguirán en niveles bajos a pesar del repunte registrado después de los mínimos observados hace unas semanas.

En este contexto, se sigue observando una marcada debilidad en la producción industrial de Estados Unidos, debido a una mayor contracción de la producción minera ante los bajos precios del petróleo, al tiempo que la producción manufacturera continúa respondiendo de manera negativa al bajo crecimiento mundial y a la apreciación del dólar.

De acuerdo con cifras recientes, la actividad industrial se contrajo nuevamente en el mes de marzo, debido a la caída de la producción minera (0.6%, en el mes de marzo) y el continuo deterioro de las manufacturas (0.3%, en el tercer mes del año), reflejando la contracción del sector automotriz.

Un elemento interesante que podría cambiar la tendencia de la producción automotriz y, en general, de las manufacturas, es que a pesar de un entorno complicado y una actividad productiva modesta, el mercado laboral en Estados Unidos continúa mostrando una mejoría a lo largo del año, lo que podría significar que la depresión en el mercado automotriz es temporal y que se podría beneficiar de una mayor propensión al consumo.

En el mismo sentido parece apuntar el indicador manufacturero de Nueva York, que registró un importante crecimiento en abril, de acuerdo con el Empire Manufacturing. El componente adelantado relacionado con las nuevas órdenes se ubicó en 11 puntos, desde 9.6 puntos del mes anterior, mientras que el índice de empleo se ubicó en 1.9 puntos, desde el nivel anterior, de -2 puntos.

De esta forma, es probable que en los siguientes meses se observe una recuperación moderada de la actividad productiva en Estados Unidos, aunque con riesgos importantes provenientes del entorno global y un avance relativamente lento de los salarios, que parece estar moderando la demanda interna.

Todo lo anterior se ha reflejado en un magro deterioro de la confianza de los consumidores, que retrocedió de manera significativa en el mes de abril. De acuerdo con la información más reciente, este indicador se ubicó en 89.7 puntos al cierre del mes de abril, lo que significó un retroceso respecto del nivel previo de 91 puntos, con lo que se acumulan cuatro meses con retrocesos consecutivos.

Un análisis más preciso de este indicador muestra que en abril los consumidores registraron una menor confianza, como resultado de una perspectiva negativa respecto de la evolución futura de la economía, lo que a su vez se podría reflejar en un deterioro en la evolución del mercado laboral y, por lo tanto, de los salarios.

La confianza de los consumidores liga ya cuatro meses consecutivos a la baja y en el futuro seguramente tendrá un comportamiento errático, debido al efecto conjunto, aunque en sentido contrario, de dos factores.

Por el lado positivo, se anticipa que la economía estadounidense tenga un mejor comportamiento en la segunda parte del 2016, lo que se reflejaría en el fortalecimiento del mercado laboral; mientras que en sentido negativo, habría que destacar el repunte que se ha observado en el precio de las gasolinas y su impacto en el ingreso disponible de los consumidores.

En este contexto de indicadores económicos que apunan en direcciones diferentes, habrá que estar atentos a las decisiones de política monetaria que determine la Reserva Federal. En su última reunión, la Fed destacó que la economía muestra un desempeño ligeramente más favorable, a pesar de un deterioro en las condiciones financieras a nivel global.

De acuerdo con la institución, la inflación ha repuntado en meses recientes, aunque permanece por debajo de la meta de largo plazo, al tiempo que las expectativas siguen siendo bajas.

De esta forma, la Fed se ha inclinado por una política de ajustes graduales en su política monetaria. De hecho, ha destacado que el proceso de normalización de su política monetaria será más pausado que lo previsto en diciembre del 2015. Mientras la economía estadounidense siga caminando a medio gas, veremos una Fed mucho más cautelosa antes de arriesgarse a poner un dique adicional al crecimiento, a través de un incremento en la tasa de interés.

*Manuel Guzmán Moreno es director de Asset Management en Monex Grupo Financiero.

mguzmanm@monex.com.mx

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