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Protestas en Hong Kong y el dilema de Beijing
Multitudes de manifestantes en Hong Kong transformaron el normalmente sobrio centro financiero de Asia en un tenso enfrentamiento con Beijing, que incide directamente en la expansión de control político de China en dicha ex colonia británica.

Beijing. Multitudes de manifestantes en Hong Kong transformaron el normalmente sobrio centro financiero de Asia en un tenso enfrentamiento con Beijing, que incide directamente en la expansión de control político de China en dicha ex colonia británica.
Las protestas están dirigidas a forzar a los líderes comunistas de Pekín a desechar reformas recientes que les permitirían eliminar candidatos en las próximas elecciones de Hong Kong. Sin embargo, muchos en las calles aseguran que están luchando por algo aún más grande: preservar la visión que se tuvo de Hong Kong hace 14 años, cuando volvió a ser parte del dominio chino.
En ese momento, los líderes chinos prometieron un Estado dentro de otro, una oferta que permitiría disposiciones especiales para Hong Kong, como sus elecciones y un cierto grado de autonomía en la creación de políticas. Pero ahora los manifestantes acusan a China de incumplir el acuerdo y tratar de ejercer control sobre todos los aspectos de la política de Hong Kong.
No obstante, las crecientes protestas presentan un dilema para Beijing.
Una represión demasiado dura podría llevar a más personas a unirse a la causa pro democracia, lo que avergonzaría a las autoridades , quienes nunca permitirían tal desafío dentro del territorio continental del país. Sin embargo, por la misma razón, al permitirles a los manifestantes cierto margen corren el riesgo de alentar a otros en el país a cuestionar el control comunista en temas como la libertad de prensa, el desarrollo económico y los derechos de las minorías.
Ayer, al caer la tarde, la policía reforzó sus filas alrededor de las protestas y su protección en algunos edificios del gobierno; sin embargo, se abstuvo de enfrentar o dispersar a la multitud.
Ambas partes parecían estar preparándose para un duelo interminable.