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Geopolítica

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Haití refuerza seguridad en la frontera

La preocupación de las autoridades por el tráfico de niños se acentúa a medida que transcurren los días, por lo que un reten para pasar a República Dominicana puede durar hasta seis horas.

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La frontera entre Haití y República Dominicana se ha convertido en un nudo pues la medidas de seguridad se han endurecido.

La revisión de un vehículo dura hasta seis horas para evitar el tráfico de niños, lo que paraliza el flujo de ayuda por la única vía terrestre entre los dos países.

De cada lado de la reja de fierros oxidados, los militares dominicanos marcan el alto. Hay tanto polvo de un lado como en otro y es difícil diferenciar ambos territorios.

'Hay que bajar a revisión de documentos y maletas', grita en español una mujer de la policía migratoria de República Dominicana.

Inmediatamente Marie traduce en criollo para los haitianos que van en el autobús y tratan de cruzar la frontera.

'¿Estos niños son tuyos?', le pregunta la policía a Ginours.

Ella responde moviendo el dedo índice y la cabeza como un péndulo de reloj (no entiendo). Se acerca la traductora. 'Sí dice que son hijos de ella'.

'Papeles', le espeta la policía de migración. Ginours saca de una pequeña bolsa los documentos envueltos en plástico.

'Bien, no hay problema, son de ella', confirma la policía.

Ginours viaja hacia Santo Domingo, perdió su casa y su esposo el día del sismo. No entiende el español, pero ha decido buscar trabajo en el República Dominicana.

Cualquiera debe pagar 30 dólares de impuestos y 100 gourdes para cruzar la frontera de Haití a Dominicana, más 40 dólares del boleto de autobús.

Metros antes de llegar a la reja custodiada por militares dominicanos hay un puesto de revisión de la policía haitiana que presta mayor atención a extranjeros acompañados de personas de ese país, sobre todo si transportan menores de edad.

Es una carretera angosta, llena de hundimientos y deslaves que hacen más complicado el trayecto entre Puerto Príncipe y Santo Domingo que dura 10 horas.

En la frontera también están varados vehículos que transportan ayuda humanitaria, deben esperar su turno antes de continuar el camino. En Puerto Príncipe la gente sigue esperando que fluya más rápido la ayuda a 20 días del sismo.

La noche del pasado viernes la policía haitiana capturó en la frontera de Malpasse un vehículo con 10 ciudadanos estadunidenses que pretendían trasladar a Santo Domingo a 33 niños haitianos que separaron de sus padres con falsas promesas de ayuda.

Los estadunidenses forman parte de la organización 'New life Children's Refuge' (Refugio para niños: 'Nueva Vida'), que difundió en su página de Internet que sus misioneros visitarían Haití para contribuir a recoger los cuerpos sin vida y ayudar a las personas en desgracia, además de trasladar a los niños huérfanos a un lugar seguro.

Los padres han confesado ante la policía de Haití que entregaron los niños dado que los estadunidenses ofrecieron ayuda humanitaria y una mejor vida para ellos.

Hoy la policía haitiana mantiene en prisión a los 10 estadounidenses sin determinar aún su estatus jurídico.

Osvaldo Fernández, quien junto a su esposa a Mirie Rolande Celestim Fernández atienden el orfanato Rosse Mine de Diegue, en el Freres con 72 niños, consideró que las autoridades de Haití deben restringir los procesos de adopción.

'Las condiciones de vida hoy son muy precarias y todavía no saben cuántos niños perdieron a sus padres en el terremoto, ahora primero hay que hacer un censo en los campamentos de damnificados.

'De lo contrario será abrir las fronteras al tráfico ilegal de niños, eso es una realidad.

En lo personal estoy en contra de las adopciones de niños. Es difícil para los niños haitianos por su color de piel pasar desapercibidos y la discriminación en el mundo es muy fuerte.

Fernández y su esposa atienden un orfanato con 72 menores desde antes del sismo que dejó un saldo de 150 mil muertos y más de tres millones de damnificados el pasado 12 de enero.

'Nosotros somos una familia y aquí como podemos les damos de comer', asegura.

En la frontera la policía migratoria advierte: 'Aquí hay de todo, no le podemos creer fácilmente a alguien que no tiene para comer que viaje en un autobús con tres o cuatro niños. Mira a esos los bajamos y los reportamos'.

La revisión para cruzar la frontera es densa.

Arriba en el autobús los haitianos cuestionan en criollo a la traductora, luego de que bajaron a Suamme Eliesse, quien no pudo cubrir la cuota de impuestos.

Los haitianos arriba del autobús acusan a la traductora de no tener corazón y de ayudar a sus adversarios dominicanos. Es una frontera llena de polvo en la que es difícil diferenciar un territorio de otro.

abp

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