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La diversificación inteligente
Diversificar inteligentemente significa tener en nuestro portafolio de inversión activos de diferentes tipos de empresas que no se afecten por la misma variable.
Muchos hemos escuchado acerca de la conveniencia de diversificar nuestro portafolio de inversiones, a fin de reducir el riesgo inherente al mismo. Sin embargo, pocos sabemos que esta idea se deriva de la Teoría Moderna de Inversión, planteada inicialmente en los años 50 por el economista Harry Markowitz.
En su tesis doctoral, Markowitz planteó que, en lugar de medir el riesgo de cada instrumento en particular, los inversionistas deberían evaluar el riesgo de toda su cartera.
De esta forma, las decisiones acerca de la compra o venta de un instrumento en particular se deberían basar, exclusivamente, en el impacto que dicha decisión tendrá sobre el riesgo de todo el portafolio.
¿QUÉ DEBE SABER DE LA DIVERSIFICACIÓN?
Algunos inversionistas tienen la idea de que diversificar significa, únicamente, no poner todos los huevos en una canasta; es decir, no invertir en un solo instrumento sino en varios, pero este proceso es mucho más complejo y requiere de un análisis cuidadoso de los factores que influyen en nuestra toma de decisiones.
Como la tasa de interés que pagan los instrumentos de deuda suele disminuir cuando los precios de las acciones van hacia el alza, uno tratará de construir un portafolio que tenga ambos tipos de activos, a fin de garantizar que al menos una porción de nuestra cartera esté comportándose de manera positiva en el tiempo.
Otra manera de entender la diversificación consiste en comprar instrumentos de la misma clase que no sean afectados por las mismas variables. Por ejemplo, si compramos acciones de Walmart, Soriana, Comercial Mexicana, Gigante y Grupo Sanborns, no estaríamos haciendo una diversificación adecuada, ya que todas estas empresas pertenecen al mismo sector (comercial).
Sin embargo, si compramos acciones representativas de industrias tan diversas, como entretenimiento, telecomunicaciones, extracción, construcción y casas comerciales, tendremos más probabilidades de reducir el riesgo en nuestro portafolio total.
Con base en lo que hemos comentado, podemos decir que diversificar significa, en primer término, realizar un cuidadoso proceso de asignación de activos, de acuerdo al nivel de riesgo global que queremos asumir.
Esto significa que debemos determinar nuestros porcentajes de inversión en los diferentes mercados y tipos de activos a los que tenemos acceso.
Posteriormente, de acuerdo a nuestra percepción de las perspectivas económicas, seleccionaremos los sectores e instrumentos particulares que integrarán nuestro portafolio. El objetivo final de la operación será, precisamente, tener una cartera integrada con activos de diferentes tipos y sectores, a fin de reducir el riesgo inherente a la misma.
Por lo tanto, la diversificación es un proceso dinámico que involucra un cuidadoso análisis, a fin de tratar que, en cualquier tiempo, el valor de nuestro portafolio se comporte de manera satisfactoria, a pesar de que algunos de sus instrumentos tengan tendencias negativas.
Es importante entender que, a pesar de sus ventajas, el proceso de diversificación no elimina el riesgo, es sólo una herramienta que nos permite reducirlo.
Por lo tanto, existen algunos especialistas que prefieren trabajar con portafolios no diversificados, los cuales a pesar de tener un riesgo más elevado, suelen también tener un potencial de rendimiento mayor.
En este sentido, existen distintas estrategias de inversión que se basan en concentrar las inversiones en un solo instrumento o sector. Una de ellas, consiste en la compraventa de dos o tres acciones que sean atractivas técnicamente, tratando de capitalizar rápidamente las utilidades que generen.
Otra consiste en comprar varias acciones de un mismo sector de la economía, el cual sea percibido como el más favorecido dadas las condiciones económicas del momento.
Sea cual sea la decisión que tomemos, debemos entender que, a mediano y largo plazos, un portafolio diversificado ofrece rendimientos mucho más consistentes y menos volátiles. Por el contrario, una cartera no diversificada puede tener un mayor potencial de rendimiento (y también de pérdida), aunque es más volátil.
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