Apabullante crecimiento

En las últimas semanas, los resultados de varios estudios relacionados con las transmisiones de contenido OTT (Over The Top, por su sigla en inglés, y digamos que por encima del nivel), han vuelto a sorprender por el apabullante crecimiento de esta novedosa modalidad de transmitir y vivir el entretenimiento, y, por supuesto, México no es la excepción.

El contenido OTT es todo aquél que se puede visualizar a través de Internet en cualquier dispositivo adecuado con una pantalla y conexión a la red.

La semana pasada, The Daily Television, un diario especializado en el negocio de la industria de la televisión, publicó los resultados de un estudio que realizó Parks Associates en el cual se menciona que hay aproximadamente 1,600 millones de personas a nivel mundial que miran activamente video en línea en toda la gama de dispositivos. ¡Este número representa a más de 20% de planeta!

De igual manera, el estudio revela que 900 millones de personas hoy en día tienen acceso a programación de televisión y películas online y estima que para el 2019 esta cifra aumente a 1,300 millones de espectadores. Esto significa que entre esos 900 millones de personas hay quienes ya están suscritos a servicios como Netflix, Hulu, Claro Video o la recién creada HBO Now.

Tan solo Netflix ya reporta cerca de 62 millones de suscriptores a nivel mundial.

Si contemplamos que según Digital TV Research 70% de los hogares del mundo cuenta con una televisión digital, es evidente que el contenido OTT tiene ya puesta la mesa para ser la fuente de entretenimiento más grande del planeta.

De igual manera, el estudio publicó que para el 2020 los ingresos de los OTT alcanzarán los 51,000 millones de dólares, y de éstos, la participación de venta de suscripciones superará a la venta de publicidad.

Un dato que también nos sorprende es que 70% de los encuestados menciona que la razón principal por la cual se suscriben a estos servicios es por tener acceso a contenido que nadie más ofrece. Este dato claramente nos muestra que la exclusividad es una poderosa herramienta que las empresas que ofrecen contenido OTT tienen para incrementar su base de suscriptores. Esto los convierte en poderosos rivales de la televisión por cable y la televisión satelital, con quienes comparten el mercado de audio y video asociados.

Netflix, el líder mundial de esta industria, con 60 millones de suscriptores a nivel mundial, ha logrado entender perfectamente este fenómeno.

En el 2015 tiene contemplado producir 320 horas de contenido original, lo cual triplica su oferta del 2014. La empresa ha entendido que además de la ventaja que le brinda el vender contenido original, también fortalece su postura con respecto a las demás empresas que producen y venden contenido. Hay que recordar que las grandes televisoras han empezado a evaluar si vender su contenido a estos nuevos rivales es una estrategia favorable a largo plazo.

Pero a pesar del enorme crecimiento que Netflix ha tenido en los últimos tres años, así como del crecimiento del valor de su acción, la empresa ahora se enfrenta de nuevo a un poderoso rival con quien se ha estado disputando el mercado: HBO.

La empresa líder en la industria de televisión por cable ha analizado cuidadosamente la arena y finalmente ha decidido ofrecer sus servicios OTT desde abril con HBO Now. Con esta nueva apuesta HBO compite con Netflix con dos frentes, TV por cable y OTT.

El desarrollo de los OTT y las perspectivas de crecimiento que tendrán en los próximos años ha sido tal que los órganos reguladores de países como Reino Unido (OFCOM) y Estados Unidos (FCC), entre muchos otros, han comenzado a analizar este fenómeno celosamente para procurar que en el mercado prevalezca una competencia justa y que fomente el desarrollo de todos los participantes.

Seguramente, en México este nuevo territorio de aguas movedizas pondrá a trabajar una vez más al Instituto Federal de Telecomunicaciones ante el creciente poder que este nuevo formato adquiere en el mundo del entretenimiento y las telecomunicaciones; pero ojo, se trata de que la regulación beneficie al usuario, no de que le encarezca el servicio.