Gignac, imparable con Tigres

Los gestos de Ricardo Ferretti tuvieron dos variantes durante la noche: el primero era contemplativo, observando el rendimiento de su equipo; el segundo reflejaba la furia que explotaba cada vez que sus jugadores fallaban un pase, perdían el balón o, peor aun, cuando dejaron escapar la oportunidad de aumentar su ventaja en el marcador, sentimiento que aumentó en la cara del técnico sobre todo en los minutos finales del partido.

Tigres ganó 1-0 a León en el juego de ida de las semifinales del Apertura 2016; lo hizo con un gol de su delantero estelar, André-Pierre Gignac, quien en una demostración de habilidad y dominio de una jugada superó a Diego Novaretti, cuando recibió el centro de Ismael Sosa y el francés hizo ese amague al centro, para sacar un disparo que venció a William Yarbrough. Así, el atacante llegó a ocho goles en Liguilla, colocándose como el máximo anotador del equipo en fase final junto a Walter Mantegazza.

Si en la fase anterior León acabó con el mejor equipo del torneo en cuando a puntos, anoche no pudo ante el plantel más potente y valioso del futbol mexicano, sobre todo ante la ofensiva que avanzó a semifinales después de anotar siete goles en dos partidos, la de Tigres. A los norteños les fueron suficientes tres toques de balón para llegar a la portería contraria y anotar el único gol del partido. Aunque tuvieron que superar el impulso emocional de los jugadores de León en los primeros minutos del partido, cuando los locales buscaban resolver la eliminatoria desde el partido de ida como ante Tijuana. No obstante, los visitantes tiraron de experiencia y clase, sobre todo para imponerse en la lucha del medio campo, zona con la cual tomaron el dominio del partido.

Aquel ritmo vertiginoso de los futbolistas de León quedó en el recuerdo, sobre todo cuando en 90 minutos sólo registraron un disparo a gol y cuando la jugada más peligrosa de toda la noche estuvo a centímetros de la cabeza de Mauro Boselli, el certero delantero argentino que no pudo conectar el centro de Fernando Navarro, cuando ya no había obstáculo entre el atacante y la portería.

Fue el defensor de los Esmeraldas el jugador más incisivo de la noche, sobre todo cuando intentaba servir con centros a sus compañeros en la ofensiva y fue de sus botines que salió el disparo que atajó Nahuel Guzmán.

La imprecisión de León no sólo se reflejó en las pocas ocasiones de peligro para anotar, también porque al finalizar el encuentro el índice de pases acertados no llegó ni a la mitad de los pases intentados: apenas 43.8 por ciento.

Ante la inconsistencia de León, los enojos de Ferretti aumentaron cuando Jürgen Damm, Guido Pizarro y Andy Delort fallaron ocasiones claras de gol que les dieran una mayor ventaja. Aunque con el resultado, León está obligado a vencer a Tigres en el Estadio Universitario por dos goles.