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Capital Humano

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Día Mundial contra el trabajo infantil: jugar y estudiar, lujos inalcanzables para millones

El trabajo infantil tiene causas estructurales en la pobreza, precariedad laboral en los adultos, exclusión social y desigualdad económica, por nombrar sólo algunas.

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Desde el año 2000, el trabajo infantil se ha reducido casi a la mitad, pero no es suficiente.Ilustración EE: nayelly tenorio 

Eduardo de la Rosa

Pese a sus esfuerzos, América Latina y el Caribe no han logrado erradicar el trabajo infantil, por lo que millones de niños aún carecen de derechos fundamentales como aprender o jugar. 

Según el reporte Trabajo infantil: Estimaciones mundiales 2024, tendencias y el camino a seguir, elaborado por la OIT y la Unicef, en América Latina y el Caribe, se registró una disminución relativa del 8% en la prevalencia y una caída del 11% en cifras absolutas.

El progreso relativamente más lento en América Latina y el Caribe sugiere que la región necesitará acelerar considerablemente el progreso para acercarse a la eliminación para 2060, afirmaron los organismos.

En el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) explicó que, de continuar a este ritmo, esta situación no se erradicará, sino hasta la mitad del siglo.

Desde el año 2000, el trabajo infantil se ha reducido casi a la mitad, de 246 millones a 138 millones, pero las tasas actuales siguen siendo demasiado lentas, y el mundo no ha alcanzado el objetivo global de eliminación para 2025.

Por ello, para acelerar la erradicación del trabajo infantil, la Unicef y la OIT sugieren a los gobiernos:

  • Invertir en sistemas de protección social, especialmente para los hogares vulnerables, incluidas prestaciones universales por hijo, para que las familias no recurran al trabajo infantil. 
  • Reforzar los sistemas de protección infantil para identificar, prevenir y responder a los niños en situación de riesgo, especialmente a los que se enfrentan a las peores formas de trabajo infantil.
  • Proporcionar acceso universal a una educación de calidad, especialmente en las zonas rurales y afectadas por la crisis, para que todos los niños puedan aprender.
  • Garantizar el trabajo decente para adultos y jóvenes, incluido el derecho de los trabajadores a organizarse y defender sus intereses.
  • Hacer cumplir las leyes y la responsabilidad empresarial para acabar con la explotación y proteger a los niños en todas las cadenas de suministro.

Las causas estructurales del trabajo infantil en México

La pobreza, la precariedad laboral de los adultos, los gastos educativos, factores culturales que toleran el trabajo infantil, la desigualdad económica, la exclusión social y la falta de políticas públicas articuladas son algunas de las causas estructurales del trabajo infantil en México.

Así lo establece el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), en su estudio Trabajo Infantil y Gasto Público: inversión para la prevención y erradicación, y agrega que es necesario diseñar programas presupuestarios para abordar directamente el trabajo infantil.

Y es que, según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 3.7 millones de niñas, niños y adolescentes están en esta situación.

"El trabajo infantil es toda actividad laboral que perjudica el desarrollo físico, mental, emocional o social de los niños, niñas y adolescentes, o que interfiere con su educación, incluyendo ocupaciones no permitidas y quehaceres domésticos en condiciones inadecuadas”.

Para el organismo, fortalecer los recursos destinados para garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes es una inversión a largo plazo con efectos positivos para la sociedad, evitando costos futuros asociados a la baja escolaridad, informalidad laboral y los ciclos de pobreza.

“La erradicación del trabajo infantil requiere un compromiso firme y acciones coordinadas, no solo a nivel global, sino también en países como México, donde millones de infantes esperan un futuro digno y libre de explotación”, explica el CIEP.

Agregó que la persistencia del trabajo infantil en México evidencia la necesidad de construir intervenciones integrales que combinen regulación laboral, protección social, acceso efectivo a la educación, fortalecimiento comunitario e institucional, y una asignación presupuestaria adecuada y consistente.

"Incrementar los esfuerzos para prevenir y erradicar el trabajo infantil evita costos futuros asociados a la baja escolaridad, la informalidad laboral, la exclusión social y los ciclos de pobreza y desigualdad. Por ello, el presupuesto orientado a estas acciones debe entenderse como una inversión de largo plazo con efectos positivos para la sociedad”, advirtió el CIEP.

Eduardo de la Rosa

Más de 10 años en medios de información como reportero, cubriendo fuentes de Negocios y ahora de Capital Humano, siempre buscando mejorar y aprender.

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