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¡Hablemos de milanesas! Clásico que nunca falla y 3 lugares que la están redefiniendo en CDMX

Un recorrido por la historia de la milanesa y 3 destinos donde Bistronomie volvió a redescubrir su grandeza.
La milanesa es uno de esos platillos que, sin importar el país, despierta un sentimiento de hogar. Su origen más aceptado apunta a la ciudad de Milán, donde en la Edad Media ya se preparaba una versión conocida como cotoletta alla milanese: una pieza de carne rebozada y frita que ofrecía una corteza dorada y un interior jugoso.
Con el paso del tiempo, la receta viajó por Europa y posteriormente a América Latina, donde cada país la adoptó y la adaptó a su manera, creando versiones propias que hoy forman parte del día a día gastronómico.
En México, la milanesa encontró terreno fértil. Su combinación de carne suave, empanizado crujiente y posibilidad de acompañarla con arroz, frijoles, papas o ensaladas la convirtió en un clásico inmediato. Es uno de esos alimentos que se preparan en casa, se venden en fondas, cocinas económicas, mercados y restaurantes, y que mantiene siempre un sabor familiar. Además, su versatilidad permite jugar con ingredientes, mezclas y presentaciones que la mantienen vigente y querida por generaciones.
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Con el tiempo surgieron milanesas monumentales, versiones gourmet, adaptaciones callejeras y propuestas contemporáneas que no solo buscan alimentar, sino sorprender. Restaurantes y cocineros han llevado la milanesa a terrenos creativos: desde gigantes empanizados que pueden compartir 3 personas, hasta cortes perfectamente ejecutados acompañados de guarniciones de alta cocina. Es un platillo que ha evolucionado sin perder su esencia: satisfacer con algo sencillo, bien hecho y reconfortante.
En Bistronomie recientemente volvimos a comer y redescubrir ese sabor en 3 lugares que vale la pena mencionar. Las Súper Orejas de Elefante con su tamaño descomunal y sabor casero; París 16 Bistró, donde la milanesa se convierte en un ejercicio de precisión y técnica; y Mafalda, que celebra el empanizado con 50 creaciones distintas. Hay muchas milanesas en la ciudad, pero estas 3 son opciones muy buenas para reenamorarse de un clásico eterno.
Mafalda: el paraíso de las milanesas en Coyoacán
En el corazón de Coyoacán existe un templo dedicado a las milanesas: Mafalda, un restaurante que lleva este platillo a otro nivel con más de 50 especialidades. Aquí, el empanizado no es solo un antojo, sino una experiencia. Desde la tradicional napolitana con jamón, queso y salsa de tomate, hasta creaciones originales como la “Romina”, con gouda, palmitos y durazno, o la “Calabresa”, con cantimpalo y ají molido, cada una ofrece una explosión de sabor y textura crujiente. Las porciones son generosas, perfectas para compartir, y se sirven con puré o vegetales.
El ambiente es familiar y relajado, lleno de guiños a Argentina: banderas, recuerdos de Messi y alusiones a la icónica Mafalda de Quino. Además de sus milanesas, el menú incluye cortes clásicos argentinos, empanadas, pastas, vinos y postres con dulce de leche. Un sitio ideal para disfrutar buena comida, precios justos y un toque de nostalgia porteña sin salir de la CDMX.
- Av. Miguel Hidalgo 10, San Lucas, Coyoacán, CDMX

Milanesas Mafalda
Las Súper Orejas de Elefante
Las Súper Orejas de Elefante son una verdadera maravilla del antojo capitalino: milanesas gigantes, del tamaño de un plato monumental, hechas para compartir… o para presumir. La base tradicional es el empanizado clásico, crujiente y dorado, pero aquí se vuelven un lienzo gastronómico donde puedes agregar queso fundido, jamón, papas fritas o incluso chilaquiles. Cada orden llega con una combinación poderosa de frijoles bien hechos y chilaquiles que levantan cualquier antojo; es una experiencia que va más allá de lo común, pensada para los que creen que una milanesa nunca debería quedarse corta.
Además, el tamaño es tan exagerado que donde normalmente alguien comería solo, aquí pueden comer dos… o hasta tres personas sin quedarse con hambre. Es comida abundante, de sabor casero y con ese espíritu generoso que define a la cocina popular: grandes porciones, precios accesibles y un sabor contundente que conquista desde el primer bocado. Si lo que buscas es una parada obligada para probar algo monumental, este es un lugar imperdible en el oriente de la ciudad.
- Calle Oriente 243 #114, Agrícola Oriental

Super Orejas de Elefante - Milanesas
París 16 Bistró
París 16 Bistró es uno de esos tesoros diminutos de la ciudad: un local pequeñito, casi escondido, justo sobre Paseo de la Reforma, que sorprende por la perfección de cada platillo. Aunque su carta tiene varias joyas, hoy que estamos concentrados en la milanesa es imposible no recomendarla. Aquí logran un crocante impecable, con una textura que cruje sin exceso de grasa, una carne jugosa y en su punto exacto, y un sabor que conquista desde el primer corte.
La experiencia se completa con un puré de papa exquisito, suave, cremoso y perfectamente sazonado, que acompaña la milanesa como si hubieran sido creados para estar juntos. París 16 Bistró demuestra que no necesitas un espacio enorme para ofrecer platos memorables; basta una cocina precisa, cariño por los detalles y un toque francés que le da personalidad a cada bocado. Si buscas una milanesa hecha con maestría, este es un destino obligado en Reforma.
- Paseo de la Reforma 368

Milanesas París 16



