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Bistronomie

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El coworking que huele a café: Un modelo donde la comida acompaña y el trabajo fluye

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En el Día Internacional de la Mujer Emprendedora, Chez Vous demuestra que un coworking también puede construirse desde el café bien hecho, la comida sencilla y un ambiente cálido que invita a quedarse a trabajar sin prisa.

Diego López

Chez Vous nació como una cafetería donde trabajar no era un acto improvisado, sino parte natural de la experiencia. La gente llegaba, se sentaba, abría la computadora y dejaba que las horas corrieran entre una taza de café y otra. Hoy, en el marco del 19 de noviembre, Día Internacional de la Mujer Emprendedora, este proyecto adquiere una lectura más amplia: su creadora, Mariana Carrillo, es ejemplo de cómo se puede construir un modelo exitoso desde una visión cálida, doméstica y profundamente humana.

Con los años, esa visión evolucionó hasta convertirse en un coworking consolidado que conserva la esencia cálida que lo distingue de los espacios más corporativos. Mariana lo resume con una frase que explica el ADN del lugar:

Somos parte de la industria de la hospitalidad y restaurantera que del co-working, porque sí ofrecemos soluciones de co-working, pero de corazón somos una cafetería.”

El valor del café ilimitado y la comida que acompaña

Una de las claves de Chez Vous es la forma en la que la hospitalidad aparece en cada detalle. El acceso incluye café ilimitado preparado por baristas capacitados: espresso, capuchino, latte, mocha, chai, matcha, chocolate, sodas italianas y tés. Nada es un extra; todo es parte del modelo que pretende que el trabajo fluya sin interrupciones innecesarias.

Mariana lo cuenta con naturalidad: “La gente llega porque los cita una junta o un taller y a veces hasta llegan con su vaso de otra cafetería… no esperan que el consumo esté incluido.

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Mariana Carrillo - Chez VousCortesía

Además, la oferta gastronómica acompaña sin pretender protagonizar. Hay fruta fresca, pan tostado con toppings, galletas, frutos secos, palomitas y gomitas. Para quien necesita algo más, hay chapatas, croissants, crepas o sándwiches con costo adicional.

Mariana señala que no es un restaurante; nunca quiso serlo. “Nunca ha sido mi intención entrar como tal en el mundo de los restaurantes… siempre fue esta idea de que lo que vayamos a ofrecer sea como en tu casa.

Comida sencilla, bien hecha, accesible. Justo lo que la gente quiere, aquí nuestras opciones son de calidad, los panes, los ingredientes hacen la diferencia y saben ricos. Esa sencillez en los sabores con productos de calidad hacen la diferencia en el paladar. 

“Cualquiera puede ser mi cliente… tengo clientes de todo: desde un viejito que solo se quiere pasar a tomar un cafecito y comer un sandwich, hasta Aeroméxico, Prada o Nestlé que también tienen espacios aquí”, dice.

Esta diversidad solo es posible en un ambiente cálido, sin rigidez, donde trabajar se siente natural.

El café como oficio: origen, técnica y formación

Aunque la comida es sencilla, el café recibe un tratamiento profesional. Mariana explica; “Nuestro café es de Veracruz, de una región que se llama Coatepec… nos lo tuesta Pólvora, una de las tostadoras con más prestigio de México.”

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Chez VousCortesía

Y agrega un detalle clave que explica la calidad de cada taza, “En operación, el 95% del equipo domina el café… hasta marketing y administración toman las capacitaciones.”

Ese nivel de formación llevó a su equipo a competir en la Competencia Nacional de Arte Latte, demostrando que aquí el café no es un accesorio, sino parte del alma del lugar.

Una emprendedora que convirtió la comodidad en un modelo de negocio

Por eso, en un día que celebra a las mujeres que impulsan nuevas economías, la historia de Mariana encaja con naturalidad. No creó un coworking frío ni una oficina disfrazada de café. Creó un espacio donde el trabajo se mezcla con la hospitalidad, donde la productividad convive con la calma y donde cada elemento —del café a los snacks— está pensado para que las personas se sientan en casa.

Chez Vous demuestra que un coworking también puede nacer desde la empatía, desde la sensibilidad cotidiana y desde la convicción de que trabajar no tiene por qué sentirse como una obligación pesada. Aquí, el café invita a quedarse, la comida acompaña sin interrumpir y la comunidad se forma sola.

Un modelo que huele a café, sabe a comodidad y evidencia que los proyectos liderados desde la sensibilidad también pueden transformar la manera en que trabajamos.

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