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La física cuántica y la obra de Sebastian entrelazadas
La amistad entre el escultor y el científico mexicano ahora encuentra una adyacencia más con la publicación de Cuántica. El sinuoso sendero a la realidad, un libro en el que Herrera explica conceptos trascendentales de este sinuoso rincón de la ciencia y los ilustra con obra del célebre escultor. Ambos presentaron el título en la FIL Guadalajara.

Los autores de Cuántica, Gerardo Herrera y Sebastian, estuvieron acompañados por el divulgador científico José Gordon, en la FIL Guadalajara.
Tanto en el mundo de la física cuántica como en el del arte, las apariencias engañan. Los linderos que separan estas dos disciplinas que parecen tan distintas entre sí son colindantes y también son más delgados de lo que se puede sospechar. Desde ambas disciplinas emanan formas asimilar del mundo, de explicarlo y de nombrarlo.
A decir del divulgador científico José Gordon: “a través del arte y la ciencia se pueden penetrar dos formas distintas de apreciar la misma realidad, que probablemente sean complementarias”.
Prueba de esto está vertida en el libro Cuántica. El sinuoso sendero a la realidad (Sexto Piso–UACJ, 2025), escrito por el físico y divulgador Gerardo Herrera Corral, quien actualmente trabaja en el experimento ALICE del Gran Colisionador de Hadrones en Suiza, e ilustrado por fotografías con la obra plástica del escultor Sebastian; ambos referentes imprescindibles de las artes y la ciencia en nuestro país, respectivamente.
El libro fue presentado en el contexto de la edición 39ª de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. El encargado de la presentación fue, precisamente, José Gordon, quien agregó:
“A nivel microscópico, en el nivel de partículas subatómicas, hay un lienzo cuántico del Universo que no podemos ver. Las escalas son tan pequeñas que la materia se nos ha desmaterializado. Octavio Paz decía que sólo por pereza verbal le seguimos llamando materia a la materia (…) pues, como todos sabemos, los sentidos nos mienten”.
La presentación del libro en cuestión se enmarca, además, en la conmemoración por el centenario de la mecánica cuántica en este 2025, particularmente a partir del inicio de los trabajos del físico teórico Werner Heisenberg, pionero de esta práctica científica, en 1925.
¿Cuál es el origen del libro?
En el prólogo de la publicación, escrito por la periodista Eleane Carolina Herrera a petición específica del físico, se advierte que la física cuántica plantea paradigmas que están fuera de nuestra percepción: “ahí donde se rompe nuestro paradigma de la realidad, se cruzan arte y ciencia, dos perspectivas que suelen anclarse a las mismas profundas preocupaciones humanas”.
En el libro se abordan temas, a través de textos separados, que habitan el mundo contraintuitivo, aquellos que desafían la forma clásica de mirar todo lo que nos rodea, tales como el entrelazamiento cuántico, el universo participativo, el Gato de Schrödinger, la entropía o las computadoras cuánticas, entre otros.
¿Cuál es la relación con el arte de Sebastian?
“Sebastian es un artista extraordinario. Es el heredero de los artistas plásticos de gran formato, es un escultor monumental con obra en todo el mundo, pero cuyo rasgo distintivo es que él ha tenido siempre un discurso científico. Siempre ha tenido una inquietud geométrica y topológica en su obra, y ha tenido un interés enorme por la mecánica cuántica. Es así como nace este libro, por nuestras conversaciones alrededor del tema”, declaró Gerardo Herrera durante la presentación del título.
De esta manera, amplió el físico, el libro en cuestión “trata de poner a cada concepto una pieza de Sebastian que evoca, que refleja dicho concepto”.
Por su parte, el célebre escultor relató lo siguiente: “este hombre y yo somos paisanos, nos conocemos desde hace mucho tiempo, pero lo que me hace estar íntimamente ligado a él fue que me pidió que diseñara una obra arquitectónica para un museo que albergara el sentimiento cuántico y todas las ideas sobre la mecánica cuántica. Yo sabía que era un físico importante, que venía de Suiza. Yo quería que llegara a mi estudio y tuviera acento suizo o alemán, pero de repente sentí que tenía un acento profundamente norteño (ambos son de Chihuahua) (…) Nos hicimos amigos. Él tiene una capacidad increíble de transmitir cosas que son profundas y complejas como para que cualquier persona que desconoce las comprenda”.
El museo del que habló el artista surgió de la idea de ambos hace ya varios años. De éste se han hecho bocetos, pero aún no ha sido posible concretarlo.
Finalmente, Sebastian recordó que, haciendo una investigación en el archivo de la obra escultórica, Herrera encontró una pieza muy específica que resultó para él una epifanía, aquella obra plástica que, para él, desde su sensibilidad, era capaz de materializar una noción de espacio–tiempo que siempre es difícil de transmitir.
“Un buen día, Gerardo me dijo: ‘descubrí esta pieza’. Me empezó a narrar lo que yo concebí, como yo la imaginé. Y pensé: ‘es el primer tipo que me entiende exactamente’. Y eso es genial. Quiere decir que su pensamiento es muy afín a la cuestión espacial, geométrica y multidimensional. Su afirmación me dio más gusto porque me di cuenta de que quizás yo también he asimilado bien el espacio–tiempo”.
