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#Yosoy132: un testimonio
Muchos se preguntan por qué son las universidades privadas; quizá sea porque la manipulación informativa, los hizo sentir vulnerables.

Fui a la marcha #Yosoy132 no como reportera ni como cronista, sino como estudiante. Salí a la calle con mis compañeros del ITAM como una alumna de la carrera de ciencia política. Salí a que ganáramos la calle, a gritar consignas, a recordarle a la ciudad de México (ojalá también al resto del país) que los jóvenes tenemos voz y contamos. No fui, pues, como representante de un medio de comunicación con una visión al menos someramente objetiva. Iba como testigo, sí, pero también como participante.
El movimiento #Yosoy132, como recodará el lector, nació cuando Enrique Peña Nieto, candidato del PRI, visitó la Universidad Iberoamericana y fue abucheado (y luego expulsado) por los estudiantes luego de que aceptará responsabilidad por los hechos de Atenco, donde hubo serias violaciones a los derechos humanos. El equipo de campaña de Peña Nieto dijo que había sido un grupo de infiltrados quien había abucheado al candidato. Televisa y otros medios de comunicación reportaron la versión del equipo peñanietista y eso despertó la indignación de la comunidad iberoita. Los estudiantes publicaron casi de inmediato un video donde 131 de ellos se hacían responsables de haber participado en la protesta. A ellos, bajo la frase yo soy el 132 se unieron estudiantes de varias universidades privadas y públicas con apoyo primero en Twitter y en Facebook y después en mítines y marchas más o menos organizadas.
La noche del miércoles 23 de mayo llegué alrededor de las 6 de la tarde a la Estela de luz, la famosa suavicrema , un gesto irónico donde los hay: que ese monumento a la corrupción y el despilfarro de dinero pública sirviera para que no reuniéramos y protestáramos contra ese México que ya no queremos. La convocatoria había corrido a través de Twitter. Este es el primer movimiento social mexicano que se arma y se lanza a través de las redes sociales. La respuesta fue masiva. Yo calculé alrededor de 10,000 personas en la Estela de luz; los cálculos oficiales hablaban de 12,000 personas las que participaron en el mitin. A ellos se fueron sumando más marchistas cuando nos encaminábamos por Reforma a Televisa Chapultepec, mientras otro contingente de alrededor de 5,000 personas se concentraron en el zócalo. Marché hacia Televisa porque cabía la posibilidad de encontrarse con Peña Nieto, que es noche iba a ser entrevistado en el programa Tercer Grado. Hubo un gran triunfo: las cámaras del noticiario de Joaquín López Dóriga salieron a reportar lo que sucedía apenas a unos metros de distancia. Televisa se vio obligada a dar cuenta de nuestra presencia.
Es difícil definir el movimiento #Yosoy132. Es, como todo movimiento social naciente, un desorden de ideas, intenciones y partidismos. Ni siquiera escuchando las consignas uno podía encontrar unidad. Por un lado se gritaba Elba Esther, Elba Esther, tú también vas a caer y Gaviota, tu esposo es un idiota en referencia a Enrique Peña Nieto, el candidato del PRI. Lo mismo había quien apoyaba a Andrés Manuel López Obrador como quien se indignó con la presencia de Paco Ignacio Taibo II, notable amloísta. ¡Quieren secuestrar el movimiento! decían varios participantes cuando Taibo quiso tomar la palabra.
A primera vista, el movimiento #Yosoy132 no quiere que Peña Nieto llegué a la presidencia (definitivamente yo marché por eso: no quiero al PRI de vuelta) y rechaza a los poderes fácticos , entre ellos, claramente a Televisa y TV Azteca (qué curioso: un movimiento que protesta contra la televisoras organizado por una generación que ya no ver la tv). Pero no hay todavía causas claras, solo un deseo de hacerse ver como generación con el deseo de hacer un cambio que se refleje en las urnas este 1 de julio.
Algo que me llamó poderosamente la atención fue la camaradería entre universidades. El clasismo que tanto nos desgarra los mexicanos y que usualmente habría dividido a los fresas de la Ibero, la Anáhuac y el ITAM de los nacos de la UNAM, la UAM y el Politécnico. Aquí todos éramos estudiantes unidos por varias causas, sobre todo por un hartazgo del estado de las cosas en nuestro país. Estamos hartos de lo descabezados, de los noticieros sesgados, de un sistema hegemónico en el que la movilidad social es imposible.
Muchos se preguntan por qué son las universidades privadas (notablemente la Ibero) las que son el motor de #Yosoy132. Tengo una teoría. Creo que con lo sucedido en la Ibero, ser víctimas de la manipulación informativa los hizo sentirse vulnerables. Ya no pertenecían a la clase intocable, a los siempre beneficiados por el estado de las cosas. Cuando la clase media y la clase alta comienzan a protestar es un síntoma de desgaste grave del status quo.
¿Qué podemos esperar de #Yosoy132? No lo sé. Seguramente habrá más protestas convocada vía las redes sociales. En casi una semana el tema de #Yosoy132 ha sido trending topic en Twitter. Mi deseo es que los jóvenes votantes seamos un grupo definitorio en la elección.