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Sueños interactivos de Chío el Cangrejo y Yaya la Pitaya
Él es el autor del texto; Alfredo Burboa, el programador; Rodrigo Alarcón, el ilustrador y Carolina Peláez, la encargada de cuidar la edición del libro, que obtuvo la mención honorífica del Primer Premio Internacional del Libro Animado Interactivo en Español.

Esta historia comienza en Groenlandia, la más grande, la más fría y la más húmeda de todas las islas del mundo o comienza en Nueva York cuando un padre mexicano, temeroso de que su hija de cuatro años pierda el español, se pone a escribirle cuentos.
Ahí comienza pero aún no termina. De hecho, una parte de esta historia podría no terminar nunca y la otra podría culminar cuando se publique el primer libro animado interactivo mexicano.
Víctor Weinstock es el padre de la niña y el autor del texto; Alfredo Burboa, el programador Rodrigo Alarcón, el ilustrador, y Carolina Peláez, la encargada de cuidar la edición de Los sueños del cangrejo y la pitaya, que obtuvo la mención honorífica del Primer Premio Internacional del Libro Animado Interactivo en Español Paula Benavides (el ganador fue Ricardo Blanco Blanco, de España, por Touché! ).
Víctor llega a la entrevista con El Economista con su computadora portátil en la que se puede ver unas de las versiones del libro y lamentando no haber podido traer la tableta en la que se puede jugar con la gravedad y que es multitouch y juegas tocando en la pantalla, con todos los deditos que quieras .
¿Lo podría poner en mi PC?
Donde quieras. El programa está en C++, entonces es un diseño multiplataforma, sirve para iPad, Mac, PC, Android, el lado flaco son los celulares porque la pantalla es muy pequeña y es muy difícil la interactivdad.
¿Era condición del concurso?
Con una versión bastaba, la del iPad era un extra y te daban un poco más de dinero por intentarlo si ganabas.
Pero ustedes ganaron mención o sea, ningún dinero.
No recibimos ningún dinero.
¿Cuánto invirtieron?
Dinero, casi nada; pero mucho trabajo nuestro. Sobre todo del programador, que tiene que estar metiendo códigos. Para el concurso hicimos los dos primeros cuentos de los cinco que tengo escritos y que son parte de una interminable
¿Interminable?
Porque en el primer cuento empezamos con Chío; es un cangrejo de las nieves que vive en Groenlandia que un día se encuentra a Yaya la pitaya, a la que trata de ayudar a encontrar su casa en el mítico lugar de Pirinola ( un oasis pequeñito y exuberante en el centro del desierto más seco del mundo entero , según lo describe Yaya).
Entonces, es el viaje de estos personajes, un viaje de descubrimientos interiores, de conocer a otros personajes y al mundo. Y tal vez lleguen a Pirinola o tal vez no, esperamos que a partir del quinto cuento esto se convierta en un diálogo con los lectores.
¿Cuando salió la convocatoria para este primer de libro animado e interactivo los inspiró para hacer lo que hicieron o ya lo estaban trabajando desde antes?
Las dos cosas. Lo que la convocatoria hizo fue llevarnos a pensar en el formato interactivo. Los cuentos los hice para mi hija desde que nos fuimos a vivir a Nueva York para que no perdiera el español, tenía cuatro años y ahora ya tiene ocho.
Ya existía la idea de publicarlo y la idea de jugar con los libros interactivos y, en general, con el arte interactivo.
Lo que sí es que, ante la convocatoria y la oportunidad de obtener el estímulo económico, decidimos juntarnos los cuatro para no tener que salir a vender.
La convocatoria fue como un catalizador porque Rodrigo, el ilustrador ya había hecho los tres o cuatro primeros cuentos, Carolina ha estado trabajando y Rodrigo y Alfredo, el programador, tienen una compañía, son dos chavos muy prendidos y muy emprendedores.
Pero la mención no implica dinero
No. Es un estímulo moral. Y, así como te llamó la atención a ti, ha llamado la atención a otros editores, a los que vamos a visitar. Esperamos que sea más fácil que alguien nos haga caso.
¿Cuánto falta para terminar?
De momento, el diseño no está completo: es un inicio que mandamos al concurso pero pensamos agregar música adecuada a lo que sucede en cada página, algunos juegos, a veces los personajes van hablar, aunque no en español sino en un idioma que no exista, en cangrejo y pitayo.
Entonces no hay sustituto para la palabra escrita, si acaso complementos.
Por supuesto. Yo soy muy respetuoso de la palabra. Se trata de que los chicos lean, no de hacerles videojuegos; que el libro tenga otras formas de estimular la lectura, pero igual que existen los pop outs y los libros a los que les abres puertitas y les jalas hilitos; son estímulos para que el niño se interese por leer lo que pasa en el cuento.
¿Cuál es tu interés en la tecnología?
Estoy en esto del arte tecnológico desde hace seis o siete años; de hecho, por eso me fui a Nueva York.
No ganaron. ¿Qué van a hacer?
Buscar inversión, ya sea de una editorial establecida..., ya estamos visitando a algunas o bien, algún inversionista privado para que nos dé el apoyo para subirlo a la red, que de eso se va a tratar: de que la gente pueda bajar el programa. Esperemos que no pase del año que viene.
mlino@eleconomista.com.mx