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Arte e Ideas

Lectura 3:00 min

No es sólo otra aventura juvenil

Sí, la fórmula es la misma que Los juegos del hambre, pero la autora supo armar una buena trama con personajes sólidos.

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Divergente, el libro de Veronica Roth y no la película basada en el mismo (que no he visto y que se estrena hoy) tiene muchos puntos a favor y apenas unos cuantos en contra.

A favor tiene, en primer lugar, que es muy entretenido. Le sigue muy de cerca su notable parecido con Los juegos del hambre de Suzanne Collins: es el inicio de una trilogía sobre una heroína juvenil en un mundo distópico que debe luchar por su vida, por la de sus seres amados y, eventualmente, por la humanidad entera. Este es un punto a favor, ya que al construir la trama, Roth se aleja de Collins y queda cerca de sus propios personajes.

Y un punto más es que la joven Roth (tiene 24 años) construye bien a sus personajes, son complejos y verosímiles.

El único punto en contra es el esquema social distópico. Pero de ese hablaremos más adelante, porque una vez que uno lo acepta como plausible (o al menos como un error pasable) la novela es un pasaplanas (dícese de las historias que no puede uno dejar de leer, como si nos obligaran a pasar las páginas).

PERSONAJE COMPLEJO EN UNA? SOCIEDAD (MAL) DIVIDIDA

Beatrice Prior tiene 16 años y vive en una ciudad en la que la gente se divide en cinco facciones, de acuerdo con distintas virtudes. Ella creció en el seno de una familia de Abnegación, además existen Verdad (debería llamarse Sinceridad), Osadía, Cordialidad y Erudición.

En esa ciudad, al llegar a los 16 años cada adolescente debe decidir si quiere permanecer en la facción que ha crecido o irse a otra. Esa decisión no la tomará Trix (así le dicen) nada más por su preferencia sino que antes debe pasar una prueba que le dirá para qué es apta. Y ahí comienzan los conflictos.

Trix no está muy segura sobre en dónde quiere pasar el resto de su vida, pues la facciones viven separadas, pero la prueba, que supuestamente debería orientarla, sólo la confunde. Y por lo visto eso sí que es un problema para esa sociedad.

Nuestra protagonista termina en Osadía y es una suerte para el lector que así sea, porque buena parte de la novela se dedica al rudo entrenamiento y los conflictos que surgen entre los discípulos, una bola de adolescentes que quieren presumir de valientes, fuertes y peleoneros (aunque una vez más nos acordamos un poco de Los juegos del hambre, la verdad es que no mucho). Y digo una suerte porque piense el lector lo que habría sido la novela si Trix se estuviera entrenando en Cordialidad o Abnegación.

Y ese es el punto flaco de la novela. Roth plantea una sociedad totalmente dividida, no sólo en el entrenamiento. Así, los Abnegados son abnegados entre ellos y no es que se dejen patear por los Osados (que, dicho sea de paso, creen que es de valientes abusar de los más débiles).

Sin embargo, insisto, es un error con el que, si bien tal vez no se podría vivir, se puede leer (y sin parar).

@ manuelino_

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