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Arte e Ideas

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Herta Müller: vida antes que literatura

La escritora, ganadora del Premio Nobel de Literatura en 2009, sostuvo una charla con Sabina Berman en la que habló de literatura y de la persecución de la que fue objeto en Rumania.

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Herta Müller no llama mucho la atención. Es bajita, tiene el rostro un tanto ceñudo, va siempre vestida de negro. Durante la inauguración de la XXV Feria Internacional del Libro de Guadalajara, su figura quedó un tanto eclipsada por la presencia de Mario Vargas Llosa y Fernando Vallejo. Un día después, el escritor peruano fue el que se llevó los reflectores, aunque la alemana comenzó a ganar adeptos.

Después de tres comparecencias ante el público de Expo Guadalajara, se puede afirmar, sin dudas, que Herta Müller se ganó un buen lugar en el corazón de los lectores.

La charla llevaba por título Todo lo que tengo lo llevo conmigo . A los sillones del salón 1 de la FIL llegaron Sabina Berman y Herta Müller. A las sillas, cerca de 160 personas, más las que se quedaron de pie en los pasillos laterales y hasta atrás e incluso afuera del salón. No entró nadie más sólo porque no había espacio. Los aparatos para seguir la traducción simultánea resultaron insuficientes, pero no importaba. Sea porque el Nobel de veras es un imán, sea porque Müller se ha ganado a la gente, el caso es que el público se peleaba, literalmente, por entrar al salón.

Adentro, al frente, sobre los sillones, las dos mujeres charlaban. Herta Müller abrió su maleta (metafóricamente, se aclara por obvio): reflexionó sobre el silencio y la palabra hablada, concluyendo que todos tenemos una brújula que nos cuida de que no nos destruyamos. Hay gente que se rompe al hablar, o que revientan con el silencio ; partiendo de la idea de que pensar es hacer que algo nos pase dos veces , explicó que se pone a escribir cuando ya no aguanto más, cuando ya no puedo abstraerme. Escribir es lo único que me permite aguantar la realidad .

La vida de Herta Müller no ha sido fácil: fue perseguida por el régimen de Nicolai Ceausescu en Rumania, espiada por el Servicio Secreto, interrogada infinidad de veces, censurada, acusada de ser parásito, perra, porquería, prostituta , expatriada a Alemania. Y, sin embargo, su voz no se quiebra nunca. Habla de cómo eran esos días en Rumania y cuenta las cosas con una tranquilidad que pasma. Cuando Sabina Berman le pregunta sobre el humor en su obra, dice que ?los mejores chistes se dan en momentos difíciles. Es un mecanismo de defensa, una forma de libertad interior. Con eso no cambia nada la situación, pero es una forma de hacerse de una dignidad propia. Puede ser ofensivo para el Estado, porque también es una forma de crítica política al régimen .

Luego, cuando se le pregunta qué lugar ocupa la literatura en su vida, lanza una respuesta que pareciera destinada a bajar de cualquier nube a cualquier autor que esté perdiendo el piso:

Hay quienes dicen que no existirían sin escribir. Yo no. Yo quiero vivir aunque no vuelva a escribir. La vida siempre debe estar en el primer lugar. Yo temí por mi vida, pude morir. La literatura es una cosa más. Siempre la vida debe estar en primer lugar. El ponga otra cosa en primer lugar, no tiene idea de nada .

Para toda pregunta tiene una respuesta clara, bien apuntalada: Berman le pregunta sobre el aborto, Müller responde: La iglesia son unos viejos sin experiencia de vida que no deberían de meterse en los problemas de la gente. Las mujeres tienen derecho a decidir .

Ahora, sobre la censura: Todas las dictaduras imponen verdades falsas y tienen escritores que sirven al sistema. Pero la literatura per se no es decente políticamente hablando .

Una más sobre la pertinencia de mostrar la violencia de los cárteles en la guerra contra el narco:

No creo que se deban mostrar detalles. Los asesinos sienten satisfacción cuando hay publicidad y las ejecuciones son una forma de producir terror. Difundirlo es hacerles promoción .

La maleta de Herta Müller se vacía (metafóricamente, se recuerda). Al final, la gente la despide con un aplauso. La premio Nobel sale del salón con su maleta y, aunque dejó todo, al final no importa: todo lo que tiene, lo lleva con ella.

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