Lectura 4:00 min
El último cuadro de Diego Rivera
Rivera dejó al morir un par de obras que no pudo terminar. Una de ellas es El Niño del Sputnik que se exhibe en la Galería Carlos Misrachi. La pieza muestra el espíritu infantil del pintor quien parece despedirse de la vida.
Diego Rivera murió a los 70 años de edad el 24 de noviembre de 1957 dentro de su famosa Casa Azul.
Junto a su lecho, se encontraron dos pinturas en las que trabajaba pero que ya no pudo terminar.
Uno de los cuadros era el retrato de su hija Ruth María de los Ángeles, en el otro, el pintor parece decir adiós a la vida. Murió una semana antes de terminar el cuadro, falta un poco de color en una de las mejillas y tampoco lo firmó. Pero esta perfectamente catalogado dentro de su obra , explicó el galerista Carlos Misrachi.
Pero ¿y de qué es el cuadro?, bueno, se trata de un autorretrato, donde Rivera se ve como un niño ruso; su rostro tiene un aíre enigmático y lleva en sus manitas un jugueteel satélite soviético Sputnik.
El cuadro fue un encargo de su entrañable amigo Don Ernesto Madero Vázquez, embajador de México en Rusia en esos años y en el rostro del niño se percibe la nostalgia de saberse camino a la muerte , agregó.
La obra se llama El Niño del Sputnik y se exhibe por un tiempo corto en la Galería Carlos Misrachi del Hotel Presidente Intercontinental (Campos Elíseos #218. Polanco).
Aunque el cuadro no esta a la venta, Carlos Misrahi sí tiene un Diego Rivera que vender, claro si usted esta dispuesto a pagar más de un millón de dólares.
Es una obra que lleva por titulo Retrato de Rosa Covarrubias ; está en el Museo Dolores Olmedo y cuesta 1 millón 150 mil dólares por si alguien se anima .
El legado Misrachi
Desde finales de los años 30, el galerista Alberto Misrachi representó a sus amigos como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Rufino Tamayo y el Dr. Atl, entre muchos más.
Mi jefe era un bohemio, amante del arte y muy honesto. Los únicos cuadros con los que se quedó fueron los retratos de mi madre que fue pintada por Rivera y Siqueiros entre muchos otros artistas y mi padre era un apasionado del arte , explicó su hijo Carlos Misrachi, quien continuó con el oficio.
Han cambiado mucho los tiempos para un galerista ¿No?
Antes, el artista confiaba en su galerista, era más honesto y se entregaba, había mucha amistad eran otros tiempos , explicó el entrevistado.
Ahora, hay artistas que se van con el mejor postor o venden en sus casas. El mercado del arte ha cambiado mucho pero afortunadamente hay artistas honestos y muy talentosos , aseguró Misrachi.
Para Carlos Misrachi, ser galerista es un buen negocio y aseguró que hoy en día es un buen momento para invertir en arte.
Los precios del arte están un poco más bajos que en otros tiempos es una buena inversión en la vida .
Sin embargo, aconsejo que si alguien quiere comprar algo que se acerquen a un galerista de confianza para que les aconseje como formar una colección de arte o evite que alguien le venda una falsificación .
¿Cuál es el mayor reto para un galerista?
Hacer grandes artistas, promoverlos y apoyarlos de forma leal y nunca trabajar basados en el dinero .
Carlos Misrachi adelantó que en octubre abrirá las puertas de su nueva galería en Santa Fe.
El mejor consejo que me dio mí padre fue que tenía que ser auténtico, honesto, apasionado y saber cuando decirle no a un comprador patán y lo he hecho .
vgutierrez@eleconomista.com.mx
Números:
En la Galería Carlos Misrachi:
3 millones Baile en Tehuantepec .
2.7 millones Vendedora de Flores .
1.6 millones Autoretrato de Diego Rivera .
1.3 millones La tejedora y los niños .
662,500 Retrato de Gladys March .
(Precios en dólares)