Lectura 4:00 min
El SAP: aberración jurídica
Las leyes que regulan las relaciones entre familiares deben contribuir a resolver los conflictos, no agravarlos como lo hace el código civil de la Ciudad de México al validar?el Síndrome de Alienación? Parental (SAP), engendro?pseudocientífico, rechazado por autoridades internacionales y nacionales.
Las leyes que regulan las relaciones entre familiares deben contribuir a resolver los conflictos, no agravarlos como lo hace el código civil de la Ciudad de México al validar?el Síndrome de Alienación? Parental (SAP), engendro?pseudocientífico, rechazado por autoridades internacionales y nacionales. El trágico caso de Mireya A., quien vio en el suicidio colectivo y en el infanticidio la salida a una situación angustiante y aterradora, obliga a exponer esta falacia y a preguntarse por qué los legisladores se empeñan en validarla.
Es delicado tratar un caso tan complicado y doloroso como el de una madre que, hasta donde podemos saber, piensa que sus hijos estarán mejor muertos que bajo la custodia del padre y decide darse la muerte junto con ellos y sus propios padres. Al parecer, la empujó la condena de entregar a sus hijos al padre, quien presuntamente abusaba de ellos. En vez de que se probara el abuso, Mireya fue acusada de alienar a sus hijos contra el padre, delito por el cual ella perdería la custodia. Su desesperación y angustia son casi inimaginables.
Hasta cierto punto, sería más cómodo no partir de este hecho?atroz para cuestionar el SAP porque si el suicidio está mal visto en nuestra sociedad, el infanticidio es injustificable. Sin embargo, aunque extrema, ésta no es la única desgracia provocada por el uso del SAP, instrumento de presión usado sobre todo contra las mujeres, y que deja en la indefensión a los menores ante el abuso sexual y la violencia familiar ejercida por el progenitor(a) alienado(a). En efecto, según el artículo 323-7, quien aliene a su(s) hijo(s), transformando su conciencia ?contra el otro progenitor(a), puede perder la custodia y hasta ser separada(o) de sus hijos.
¿Qué se supone que es el SAP? Como han repetido investigadoras y asociaciones defensoras de los derechos de la infancia, el SAP es un invento de Richard Gardner, psicólogo estadounidense que en sus primeros escritos al respecto justificaba la pederastia, por la tendencia pederasta de todo hombre y hasta por la propia iniciativa (sic) del niño o niña. Según él, las mujeres son histéricas que no entienden esta tendencia natural y se convierten en madres maliciosas que le lavan el cerebro a hijos e hijas y les hacen creer que eso es violencia. Si los hijos no quieren ver al padre y sufren angustia, depresión, pesadillas y otros signos de estrés agudo, esto no se debe al trauma del abuso sexual infantil, sino al Síndrome de Alienación Parental, causado por la mala madre para fastidiar al padre.
Como han señalado la Red Todos los Derechos para Todos y Todas y diversos especialistas,?Gardner retiró su defensa de la pederastia de sus publicaciones?posteriores y sus seguidores la han olvidado. Ahora se usa el lenguaje políticamente correcto de los derechos de los padres. Lo que no ha cambiado es la definición del SAP, calcada sobre la del estrés postraumático, que así transforma la denuncia y la defensa legítima del bienestar del menor en deseo de venganza.
En el 2006, la Asamblea del DF tomó en cuenta las voces que denunciaron esta aberración legal y derogó el SAP. En el 2014 la reinscribió, bajo la presión de organizaciones de padres solteros y contra la mejor opinión de la CDHDF, voces científicas y organizaciones defensoras de derechos humanos de las mujeres y de la infancia.
No hay duda de que en divorcios y separaciones padres y madres a menudo manipulan a sus hijos e hijas contra la expareja. Se dan casos extremos de amenazas o incluso secuestros. Estos conflictos han de resolverse con leyes mesuradas e intervenciones adecuadas, pero el abuso sexual infantil y la violencia son también una realidad cotidiana. El sesgo contra las mujeres que se separan y la falta de pericia de psicólogos y jueces para detectar el abuso sexual infantil son también comunes. Perpetuar la violencia con un instrumento sin validez científica es violar los derechos de quienes no pueden defenderse si nadie les cree. El SAP es injustificable y debe salir de los códigos.