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Dibujar la tragedia para hacerla nuestra
Los normalistas de Ayotzinapa tienen rostro y nombre. Un movimiento gráfico nos los entrega como seres humanos.

Ilustradores con Ayotzinapa nació como una inquietud de la ilustradora Valeria Gallo, pero ella insiste en que se trata de un movimiento horizontal en el que las caras que importan son las de los muchachos desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa.
Es un movimiento tan horizontal , dice Gallo, que nadie toma decisiones . Inclusive después del anuncio de la Procuraduría General de la República del posible asesinato, con extraordinaria saña, de los 43 estudiantes, el movimiento sigue. Hay días que llegan dos, otros que llegan 10, pero seguimos recibiendo retratos , continúa.
La idea es simple pero poderosa: que artistas dedicados a la ilustración hagan un retrato de cada uno de los 43 de Ayotzinapa. Retratos hechos a mano o en computadora (que hoy en día es ya casi lo mismo), al calor del momento. Son retratos cercanos. Aunque vengan de fotos frías, de esas de credencial, el retrato, al hacerlo suyo cada artista, se humaniza... es un modo emotivo de acercarse a ellos .
Todos los retratos son declaraciones de hermandad con los desaparecidos y sus familias. Son también una exigencia: ¿dónde están los muchachos? Yo, Alan Barba, quiero saber dónde está Abel García Hernández . Yo, Felipe Ugalde, quiero saber dónde está Felipe Arnulfo Rosa . Así, cada retrato lleva el nombre del autor, pero sobre todo el nombre de la víctima. Todos están publicados en un blog: ilustradoresconayotzinapa.tumblr.com.
Yo creo que fue la gota que derramó el vaso , dice Valeria Gallo sobre Ayotzinapa. No sé por qué y yo creo que mucha gente se hace la misma pregunta. Pero Ayotzinapa nos ha unido. Hay una indignación generalizada que creo que nos ha unido más allá de las ideologías .
De ese vaso derramado Gallo pensó en hacer lo que sabe: dibujar. De la impotencia me nació la idea de hacer algo gráfico. Primero pensé que podía juntarme con algunos amigos y hacer una exposición o algo así . Pero Valeria recibió una buena idea de su pareja: mover los retratos vía redes sociales, crear el blog y el hashtag #IlustradoresconAyotzinapa.
Y la gente se sumó. Y se sumó y se sumó. Dibujantes de renombre y estudiantes, mexicanos y extranjeros. Yo nunca esperé esta respuesta , dice, aunque hubo momentos en los que sintió incertidumbre y cierta desesperanza. Algunos colegas me decían que no o que participaban sin dar su nombre. Tenían miedo y la verdad es que se entiende , nos confiesa.
El gran logro de Ilustradores con Ayotzinapa es, como dice Gallo, dotar a las protestas de un banco de imágenes. Cuando hemos visto que los padres de los estudiantes y la gente que va a las marchas las usa nos damos cuenta que somos un apoyo gráfico a la protesta , dice.
Aunque hay artistas famosos entre los participantes, como la propia Valeria, o Alejandro Magallanes, o BEF, el espíritu de Ilustradores con Ayotzinapa es de libre uso. Mientras las imágenes se usen para las protestas los retratos circulan libremente. No hay afán de lucro .
Valeria hizo su retrato como un objeto textil. Decidió retratar a Benjamín Ascencio luego de escuchar un cuento escrito por una alumna sobre Ascencio. El trabajo con telas fue un modo, dice, de meterme en el corazón de Benjamín .
Yo soy madre, y aunque sé que nadie sabe el dolor de los padres de los normalistas, desde ahí hice mi retrato, desde mi experiencia de madre .
¿Qué sigue ahora para Ilustradores con Ayotzinapa? Quizá hacer una exposición, quizá alguna publicación con cada uno de los retratos. No se ha tomado una decisión.
Pero lo cierto es que la iniciativa ha servido para dibujar una causa y darle derrotero a la indignación y el miedo y el coraje de miles de mexicanos.