Bajar demanda de drogas reduciría violencia

La violencia continúa siendo una amenaza grave a la seguridad pública en todo el país, advierte el informe 2012 de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes.

Las políticas para acabar con el problema sólo pueden surtir efecto si se basan en iniciativas de reducción de la oferta y la demanda sustentadas en el principio de la responsabilidad compartida agregó el análisis de este organismo.

Según cifras oficiales del gobierno de México, reportado por este organismo adherido a las Naciones Unidas para el cumplimiento de los tratados internacionales contra las drogas, del 2006 al 2012 más de 60, 000 personas han muerto por la violencia relacionada con las drogas.

Pese a los altos costos en términos de violencia que ha provocado el combate al narcotráfico, el balance de la estrategia podría ser positivo, opinó Antonio Mazzitelli, representante de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

Seguramente el balance es positivo, teniendo en cuenta el punto de arranque y la meta final. Se ha empezado con un arranque, seguramente, reactivo hace más de seis años y condicionado a lo que era, (y que es) en algunas partes de México el poder de las organizaciones criminales , dijo el funcionario de las Naciones Unidas.

Al presentar el informe, Mazzitelli detalló que el enfoque de la batalla en contra de las drogas se ha replanteado en la nueva administración federal con un cambio de enfoque hacia la prevención, lo que, en sus palabras: Es algo absolutamente novedoso porque le permite al gobierno y a las instituciones de trabajar también con relación a sustancias que no están necesariamente bajo control internacional .

Detalló que los solventes químicos, como la mona, son de las sustancias de las que los jóvenes abusan más en el Distrito Federal y en muchos estados más.

El cambio de paradigma en la estrategia permite trabajar el tema de los narcóticos desde una perspectiva de prevención integral sin descuidar el aspecto de la reducción de la oferta.

En ese sentido, seguramente el balance, aún si es muy costoso en términos de violencia, es un balance positivo; se han hecho avances, se continúan haciendo avances, se han abierto nuevas perspectiva, se ha replanteados la estrategia desde una postura reactiva a proactiva y preventiva. Y se ha puesto también el tema de prevención entre los ejes del nuevo programa nacional de prevención al delito , dijo Mazzitelli.

ana.langner@eleconomista.mx