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La deuda del Insabi frena confianza en Plan México
Maribel Ramírez Coronel | Salud y Negocios
La inyección de aliento que dio el anuncio presidencial del Plan México, pronto se está viendo opacada por un elefante en la sala, herencia de López Obrador a Claudia Sheinbaum. Es un problema estructural que amenaza con minar la credibilidad del gobierno: la creciente deuda con los proveedores de medicamentos, material de curación y dispositivos médicos, que asciende a unos 8,000 millones de pesos. Entre directivos de empresas del sector salud hay preocupación que raya en angustia sobre dichos adeudos; mientras no se resuelva, cualquier discurso de colaboración con la iniciativa privada suena vacío y lo más grave es que pone en riesgo el abasto de medicamentos y equipo médico esencial para el sector salud.
Es deuda que se arrastra desde 2021 heredada por el mal habido Insabi hoy extinto, que evidencia el problema crónico de planeación y coordinación en el sistema de salud mexicano. La transición caótica del Seguro Popular al Insabi y luego al IMSS-Bienestar, sumada a cinco intentos fallidos de implementar sistemas de compras consolidadas durante el sexenio pasado, dejó ese rezago en pagos que hoy afecta principalmente a la población sin seguridad social, es decir la que debe cubrir IMSS Bienestar, que lleva Alejandro Svarch, quien se quedó como responsable de pagar esa deuda rezagada.
A esto se suma la cancelación en abril de la compra consolidada para 2025-2026 por parte de la secretaria Anticorrupción y de Buen Gobierno, Raquel Buenrostro, una decisión que, aunque motivada por la búsqueda de transparencia, dejó al sector en un limbo jurídico. Los proveedores, confiando en la palabra de directivos hospitalarios y autoridades, han seguido entregando insumos médicos, pero no son pocas empresas las que están al límite.
Como si ello no bastara, las nuevas licitaciones imponen condiciones de pago astringentes que prácticamente eliminan garantías básicas para los proveedores. Plazos más largos, requisitos burocráticos excesivos y la falta de certeza de cobro han generado una percepción de castigo hacia la industria, que ya enfrenta riesgos financieros. La Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), que preside Guillermo Funes, y asociaciones del sector como Amelaf y AMIIF han advertido que esta situación desincentiva la participación en futuras licitaciones, lo que reduce la competencia y podría agravar el desabasto.
La administración de Sheinbaum es mucho más calificada que la anterior; en el ámbito de la salud generó gran confianza el nombramiento del secretario David Kershenobich, y se restableció una buena relación con proveedores. Sin embargo, el ánimo de colaboración se desvanece. Están “a minutos” de perder la disposición de seguir abasteciendo sin garantías. La relación entre sector público y privado está en punto de inflexión. No puede haber ruptura con el sector proveedor de insumos, pues el impacto recaería directamente en los pacientes, especialmente en los más vulnerables atendidos por IMSS-Bienestar.
La actual administración ha dado pasos positivos; avanzó con 4,000 millones de pesos para reducir la deuda e implementó una plataforma digital para compras transparentes. Sin embargo, son medidas insuficientes si no se abordan las causas de fondo: la falta de coordinación, la planeación deficiente y las restricciones fiscales. Este problema de deuda no es solo del sector salud. La deuda de 20,000 millones de dólares de Pemex con sus proveedores, hace ver un desafío más amplio.
Es claro que para desatar este nudo, la presidenta Sheinbaum debe trabajar de cerca con su equipo hacendario y presupuestal, liderado por el secretario Edgar Amador. Fue inconcebible que, tras una pandemia y en medio de una crisis sanitaria por hospitales saturados y carencias estructurales, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) haya recortado en 34% el presupuesto de la Secretaría de Salud. Esta falta de sensibilidad, que se arrastra desde hace sexenios, ignora que el sector salud lleva años en situación crítica, con desabasto y precariedad que afectan a millones de mexicanos. Si el gobierno quiere que el Plan México sea más que un discurso, debe priorizar y establecer condiciones justas para los proveedores. Solo así se podrá reconstruir la confianza y garantizar que el sistema de salud no colapse bajo el peso de promesas incumplidas.
La presidenta tiene la oportunidad de marcar una diferencia, pero solo podrá hacerlo si alinea a su equipo hacendario para resolver esta crisis con urgencia. La SHCP debe abandonar su histórica insensibilidad presupuestal y reconocer que la salud no es un gasto, sino una inversión y que invertir menos de 3% del PÎB en salud es autodestructivo.
Crisis en el InCan: oncólogos denuncian gestión ineficaz y acoso laboral
Ya va para 2 años el golpeteo al interior del Instituto Nacional de Cancerología (InCan) cuyo ambiente enrarecido exacerba las dificultades en la atención de pacientes que llevan años sufriendo carencias. Las acusaciones a la dirección general de falta de eficacia en la gestión y de abuso de autoridad no han cejado. Ello se da en medio del desabasto de medicamentos y otros insumos, así como fallas en el equipo de radioterapia, todo lo cual genera gran desgaste entre el personal médico del Incan que históricamente se había caracterizado por buscar dar la mejor atención a sus pacientes oncológicos. Aparte del exhibido enfrentamiento entre el titular del Incan, el Dr Oscar Arrieta, y Dr Alfonso Dueñas -candidato contrincante que no obtuvo la dirección del Incan-, ahora otro directivo alzó la voz sobre la crisis sin precedentes que se vive en dicho instituto, especialmente en el área de cáncer ginecológico. Según el Dr Jaime Alberto Coronel Martines, denunciante, el INCan enfrenta un desabasto crítico de medicamentos esenciales como paclitaxel, doxorubicina liposomal y gemcitabine, además de la falta de fármacos de alto costo. Los tratamientos, que deberían aplicarse cada 21 días, se retrasan hasta seis semanas, y en el caso del cáncer de cérvix, la espera para radioterapia puede extenderse meses, dejando a pacientes con dolor y hemorragias. Los estudios de imagen, clave para evaluar respuestas al tratamiento, enfrentan demoras por equipos averiados. El doctor Coronel acusa a Arrieta de modificar procesos sin evaluación, duplicando los tiempos de atención, y de liderar una “cacería de brujas” que incluye despidos arbitrarios, como el suyo propio, ignorando denuncias ante la Secretaría Anticorrupción. Pese a los esfuerzos del personal operativo, la crisis refleja una “gestión de apariencias” que agrava la situación del sistema de salud, acusa Coronel.
Imagenología, seguridad del paciente e imágenes 3D
Los avances en tecnología quirúrgica para operaciones de columna, fueron discutidas en una reciente reunión de especialistas organizada por AO Spine, la Asociación Mexicana de Cirujanos de Columna y el Centro Médico ABC. Entre la información que se expuso está que en México sólo el IMSS registra más de 300 mil consultas anuales por dolor lumbar. Se hizo ver que la implementación de nuevas tecnologías de Imagenología mejora la seguridad del paciente y la eficiencia del sistema de salud. También, que la imagen 3D intraoperatoria mejora la precisión en cirugía de columna, reduciendo hasta en 40% la necesidad de correcciones, que pasarían desapercibidas con tecnología 2D.