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Opinión

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¿Pasaremos del círculo vicioso al círculo virtuoso?

Lo que está caracterizando a la población mundial es el miedo a la pandemia que ha matado a más de 1millón 600,000 personas en todo el mundo. En América Latina, con el 8% de la población mundial tiene el 30% de los muertos. En México han sido 116,000 personas.

El miedo ha conducido a la esperanza de que con la vacuna las cosas mejoren. También se espera que continúen los apoyos para recuperar a la economía mundial caracterizada por un enorme deterioro.

En Estados Unidos los líderes del Congreso ya están cerca de autorizar un paquete de medidas que tendrá un costo de 900,000 millones de dólares, destinado a canalizar estímulos a la pequeña empresa, apoyo a desempleados, ayudas a gobiernos estatales y locales, transferencias a las agencias del gobierno federal para evitar su cierre.

Estados Unidos es un modelo político y económico que se ha propagado en el mundo. Lo que se realice internamente es motivo de imitación y referencia. Su política contra la pandemia, además de lo que se ha hecho, es un ejemplo para aquellos gobiernos reacios a enfrentar con políticas articuladas los efectos de la pandemia. Pero si en Estados Unidos las  muertes suman 307,000 personas quiere decir que lo hecho no fue suficiente. Esa fue la critica que hizo Joe Biden a Donald Trump.

La Unión Europea que ha sido la pionera en el financiamiento a sus países afectados ha decidido realizar la colocación de eurobonos por 750,000 millones de euros. De estos, el 52% son a fondo perdido lo que libera compromisos de los deudores y le da liquidez a los países.

Recientemente la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) ha reconocido que la región ha sido la más afectada por el Covid-19 debido esencialmente a tres factores: 1) la vulnerabilidad de los sistemas de salud, 2) la baja inversión en ciencia y tecnología y 3) la limitada capacidad de aplicar políticas anticíclicas. Este conjunto de características crea obstáculos de difícil ruptura. También estima la CEPAL que para el 2021 no se podrá recuperar ni el 40% de lo perdido en el 2020.

Las dificultades financieras de la región son evidentes. Por ello han privilegiado los créditos. El FMI ha canalizado el 62% de sus créditos a América Latina. Aun así la penuria continúa.

La esperanza para el mundo es inestable, porque descansa en decisiones que no sabemos de los resultados esperados. También la esperanza es resignación, que no ayuda a resolver los problemas.

Lo que resulta previsible es que los principales países por su importancia mundial, Estados Unidos, China, la Unión Europea, Japón, serán los primeros en salir del atolladero. No van a sacrificar a más población, y sus gobiernos están preocupados por su legitimidad.

La pregunta ¿Pasaremos del círculo vicioso al círculo virtuoso?. Todo dependerá de lo que realicen los gobiernos. Por lo pronto el Congreso de Estados Unidos y la Unión Europea están mostrándonos que se puede poco a poco superar la actual incertidumbre.

smota@eleconomista.com.mx

Escritor y licenciado en economía, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México. De 1984 a 1990 fue embajador de México ante el Reino de Dinamarca, donde se le condecoró con la orden Dannebrog.

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