Lectura 5:00 min
El sketch de Jimmy Morales no es una broma
"El desencanto por la democracia es un chiste. Así lo pensó 56.32% de la población que votó por el cómico Jimmy Morales”.
El desencanto por la democracia es un chiste. Así lo pensó 56.32% de la población que votó por el cómico Jimmy Morales en la segunda vuelta presidencial de Guatemala el 25 de octubre del 2015.
Poseedor de una personalidad aderezada de histrionismo, Jimmy Morales permaneció durante 16 años en la pantalla del canal 7 de Guatemala (propiedad del mexicano Ángel Rodríguez) a través del programa Moralejas, una especie de revista cómica muy similar a Los Polivoces. La idea es tan parecida, que si Televisa quisiera llevar el caso a tribunales por el tema de derechos de autor, muy probablemente lo ganaría.
Jimmy Morales asume que tiene una ideología política perteneciente al “nacionalismo cristiano de centro”. ¿Cómo se traduce esa rara geografía de difícil ubicación en el espectro? Ni siquiera el propio Morales la pudo explicar a detalle al periodista José Eduardo Valdizán, de TV Azteca Guatemala, durante una entrevista en la campaña electoral del 2015.
“¿Usted es de izquierda o de derecha?”, le dijo Valdizán. “Yo me considero nacionalista (...) creo en la soberanía nacional”. (https://www.youtube.com/watch?v=dXMsz4lfyec).
“Desde la ética, la moral, yo creo que después de la nacionalidad, el factor que une a los guatemaltecos es la religión, el cristianismo”.
Reiteradas alegorías bíblicas son una constante en los discursos de Morales. Por ejemplo, la del 18 de abril del 2017: “Cuando Lázaro murió, Jesús lloró”. Acto seguido, el presidente derramó más de una lágrima y la garganta se le cerró durante varios segundos. Un asistente le acercó un pañuelo y Morales continuó su discurso referente a la muerte de Virgilio Zapata, probablemente un consejero espiritual del presidente. “Cuando participé para la alcaldía de Mixco, no podía faltar mi visita a la casa de don Virgilio para recibir su bendición”.
El pasado 9 de abril Jimmy Morales estalló de furia frente a la periodista Ana Lucía Mazariegos en el canal de Azteca Guatemala, al negarse a explicar la postura del gobierno de Belice ante la consulta que el guatemalteco planeaba hacer sobre un diferendo litoral. El objetivo que planteó en la boleta Morales era conocer la opinión ciudadana sobre la posibilidad de recurrir al Tribunal de Justicia Internacional para solucionar el conflicto. “¿No le basta con lo que le he dicho?”, respondió un presidente patán e intolerante ante la pregunta de Mazariegos: “¿Cuándo fue la última vez que habló con el primer ministro de Belice?”.
Lo que minutos antes “le había dicho” Morales a la periodista, fue una frase que él le mencionó al primer ministro, Dean Barrow, hace algunos años. “No les heredemos a nuestros hijos los problemas que hemos heredado de nuestros padres”.
Morales comenzó a retener más tiempo su mirada ante la cámara tratando de evitar voltear hacia la periodista de Azteca. “¿Qué porcentaje de participación espera?”, le pregunta Mazariegos. “¿A usted, qué le gustaría que sucediera?”, respondió el presidente. Enfadado, se retira el micrófono y abandona la entrevista antes de que la periodista concluyera. (https://www.youtube.com/watch?v=bHgiLW0zXsw)
Delito electoral
El 19 de abril, en una postal pocas veces vista, 10 empresarios llamaron a la prensa para reconocer su culpabilidad por haber financiado con 2 millones de dólares al partido de Morales que lo lanzó a la candidatura del 2015, Partido Convergencia Nacional. Las pesquisas de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), encabezada por el colombiano Iván Velásquez y la fiscal Thelma Aldana, revelaron un conjunto de anomalías. Anticipándose a posibles imputaciones en su contra, los empresarios prefirieron salir ante la opinión pública para reconocer el delito.
En el 2000, un grupo de activistas de derechos humanos creó la CICIG frente al regreso del dictador Efraín Ríos Montt. Coordinada por Naciones Unidas y financiada por 10 países europeos junto a Estados Unidos, la CICIG ha dado golpes letales en contra de políticos como lo son Otto Pérez Molina y Álvaro Colom, entre muchos otros funcionarios.
Rodeado por militares, el pasado viernes, Jimmy Morales avisó que la misión de la CICIG en su país había terminado y dijo que no renovaría la extensión de sus actividades en el país. Como bien se sabe en Guatemala, el Partido Convergencia Nacional es una creación de viejos militares en tiempos de la guerra civil. Bajo el simbolismo verde oliva, Morales le envió un claro mensaje a la CICIG edulcorado de intimidación.
Entre las preguntas que José Eduardo Valdizán le formuló al entonces candidato Morales, en junio del 2015, se encontraba una sobre el financiamiento irregular del Partido Convergencia Nacional. Morales, mirando hacia la cámara, pidió que la CICIG lo investigara. “Yo seré el primero en decir que mentí”, dijo Jimmy. Pues bien, tal parece que la CICIG tiene los elementos para imputar al presidente guatemalteco, de ahí su petición al Congreso para que le quite el fuero a Morales.
El cómico se adelanta y expulsa a la CICIG. Mintió y está dispuesto a defender su chamba con la ayuda de militares.