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Datos anuales sobre la salud de los mexicanos: oportunos, pero sin buenas noticias
La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) es quizás el único componente del sistema de información en salud en México que sí logra cubrir casi a toda la población mexicana, independientemente de su derechohabiencia o ubicación geográfica. Por ser una encuesta de hogares no están incluidos poblaciones que habitan en cárceles, hospicios o casas comunales. A diferencia de los registros administrativos de las instituciones que forman el “Sistema de Salud en México”, en la ENSANUT se pueden obtener resultados comparables de los subsistemas público y privado. Además, como dice el director del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) con los datos obtenidos … Se pueden apoyar el diseño de políticas públicas, identificar áreas prioritarias de intervención y desarrollar estrategias efectivas para abordarlos. Además, estos permiten…evaluar y monitorear el impacto de programas y políticas, mejorar los indicadores clave de salud y nutrición; y ajustar u orientar las intervenciones para reducir las brechas existentes … (https://saludpublica.mx/index.php/spm/article/view/15056/12431)
La historia de las Encuestas Nacionales de Salud en México se remonta a 1985. En aquel año la Dirección General de Epidemiologia de la SSA estableció el marco muestral maestro de viviendas que permitieron realizar las tres encuestas de salud seminales en nuestro país: 1986 la primera Encuesta Nacional de Salud; 1987 la Encuesta Nacional Seroepideimiológica, y en 1988 la primera encuesta de Nutrición. En 2006 se integran las tres en la primera ENSANUT y a partir de entonces esta encuesta se realiza cada seis años, con representatividad estatal. Para informar la afectación de la salud en los hogares de México relacionados con la pandemia de la COVID-19, el INSP decidió realizar la “ENSANUT Continua” de 2020 a 2024, con una periodicidad anual y una representatividad regional. Mientras que en 1985 se encuestaron 54 mil viviendas, en 2022 se visitaron 14,240 viviendas, de las cuales se obtuvieron 10,450 hogares distribuidos en ocho regiones del país: Pacífico-Norte, Frontera, Pacífico-Centro, Centro-Norte, Centro, CDMX-Estado de México, Pacífico-Sur y Península.
En base a lo anterior se puede decir que la ENSANUT representa un bien público y uno de los activos más importantes para la información en salud en México que permiten analizar tendencias (progreso y retroceso), y asociaciones entre las exposiciones más frecuente y los resultados en salud. Gracias a que el INSP comparte con el público en general los detalles de la recolección, muestreo, procesamiento y resultados; así como las bases de datos y los ponderadores, se cierra un circulo virtuoso de gobernanza de datos y se cumple con la misión de informar, pero sobre todo, con ello se logra el retorno de la inversión que los contribuyentes hacen para contar con información en salud actualizada de la población mexicana.
Sin embargo, una cosa es generar los datos en salud anualmente y otra, es que estos siempre traigan buenas noticias. La ENSANUT pretende ser exhaustiva y por lo mismo nos presenta en 2022 que la prevalencia de algunas enfermedades y factores de riesgo han ido en aumento o no se han movido con respecto a años anteriores; las afecciones de los adolescentes no son premonitorios de buenos resultados en salud cuando estos sean adultos; las coberturas de atención y prevención para ciertos padecimientos han ido disminuyendo; las preferencias de los usuarios no corresponden a lo esperado, a pesar de todos los esfuerzos de afiliación y propaganda. Sin embargo, lo anterior no oculta el optimismo del director del IMSS -que imagina la ENSANUT como un día de consulta-, pues nos deja saber que “tiene la certeza que con la información que se derive de la Ensanut, en los próximos años se habrá de reflejar el enorme esfuerzo que se está realizando para romper con las pesadas estructuras del pasado y evolucionar hacia un sistema de salud digno para todas las y los mexicanos” (https://saludpublica.mx/index.php/spm/article/view/15087).
Pero más allá de resaltar pesimismos u optimismos por los resultados, me interesa destacar que la ENSANUT, como muchas fuentes de información, también presenta inconsistencias en sus reportes y es importante revisar con cuidado sus comunicados. Por ejemplo, en un articulo titulado Detección, diagnóstico previo y tratamiento de enfermedades crónicas no transmisibles en adultos mexicanos. Ensanut 2022 (https://saludpublica.mx/index.php/spm/article/view/14726/12415) se dice que 10.9% de los adultos reportan que son diabéticos y de ellos, 89.5% están recibiendo tratamiento. No sé si a los lectores les parezca alta esta cifra, sobre todo si consideramos que la DM se ubica dentro de las primeras causas de muerte en el país, a mí, algo no me checa. A pesar de que el articulo mencionado reconoce que este reporte no incluye los resultados de las mediciones obtenidas en encuestas, sus cifras son inconsistentes con lo que refiere el artículo Prevalencia de prediabetes y diabetes en México. Ensanut 2022 (https://saludpublica.mx/index.php/spm/article/view/14832/12416) el cual refiere que 12.6% tenían diagnostico médico de DM y que 5.8% no sabían que eran diabéticos, es decir que la mejor medición de la prevalencia de DM en México es de 18.3% en adultos de 20 años y más. Lo anterior significa que 31.7% no sabía que tenía DM. Si se corrigen las diferencias entre los dos artículos y se acepta que aquellos que no saben que tiene DM, no recibe tratamiento, el reporte debería decir que 54.4% de los diabéticos en México reciben tratamiento. La relación de 9 a 10 cambia a 5 a 10.
¿Cuál es el indicador que más informa? El que mide la prevalencia de DM o el que mide el desconocimiento de la enfermedad, a pesar de que ésta, esté presente. Por ejemplo, en la población de 20 a 39 años, 6.2% son diabéticos, pero dos de cada tres no sabían que estaban enfermos. Se habla de detección temprana, pero desafortunadamente esta actividad preventiva es muy baja. Afortunadamente la ENSANUT22 es innovadora e incluye la medición de Prediabéticos (personas que no se saben diabéticos, pero se ve, por el laboratorio, que su función pancreática está afectada). Los resultados dicen que 22% de la población presenta esta condición, lo malo es que, si no hay vigilancia preventiva de la autoridad sanitaria, a esta población en riesgo: 7 de cada 10 pasarán a ser diabéticos, tarde o temprano.
Hace poco Gallardo H y cols. (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37016386/) publicaron que de cada 100 personas con DM y sin derechohabiencia, solo 37% recibían atención y 26% controlaba sus niveles de glucosa, lo anterior equivale a una cobertura efectiva de 9% y el resto, incluyendo a los que reciban tratamiento presentan la enfermedad. El IMSS, en un reporte interno de metas dice que, en 2022, 36.7% de la población derechohabiente que se atiende de DM presenta cifras de glucosa en sangre controlada. Por supuesto que solo se refiere a la submuestra de personas atendidas y no a todos los diabéticos con seguridad social. Lo que no sabemos con los resultados de la ENSANUT22 es ¿cuál es la cobertura efectiva por el tratamiento de DM para todos los pacientes del país?, es decir, cuántos de los que reciben tratamiento tienen la glucosa en sangre controlada y mejoran su estado de salud, y cuantos siguen enfermos.
Si bien la ENSANUT22 tiene muchas aplicaciones una de ellas es que contribuye para enfrentar dos conductas perniciosas muy socorridas por muchos para sentirse bien en el corto plazo o que pretenden un bienestar efímero: el negacionismo y la mentalidad de víctimas. No por culpar y negar podemos escapar de nuestra compleja y complicada realidad en salud pública en México, lo mejor es trata de entender los problemas usando la evidencia disponible y no quedarse solo en las soluciones.
*El autor es Profesor Titular del Dpto. de Salud Pública, Fac de Medicina, UNAM y Profesor Emérito del Dpto. de Ciencias de la Medición de la Salud, UW.
Twitter: @DrRafaelLozano