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Actualización de la evolución de la pandemia y de pronósticos económicos para el país
A cinco meses de que México entrara en la pandemia, conviene actualizar los datos de avance de la enfermedad y el posible impacto económico de la misma.
Primero es necesario entender la diferencia en el número de pruebas que se realizan, para medir efectivamente cuál es la trayectoria de la velocidad de contagio.
En la comparación del número de pruebas diarias por cada 1,000 habitantes, México se encuentra en el grupo de países que menor número realiza y está en ese nivel desde el inicio de la pandemia. En momentos comparables en países europeos, el número de pruebas diarias realizadas por millar de habitantes se situaba entre dos y 2.5. México se sitúa en el grupo que realiza menos de 0.5 pruebas y, aún dentro de ese grupo, México realiza un tercio de las pruebas que realizan Argentina o Perú. En la tercera semana de julio, México realizó el mayor número de pruebas con 0.1 pruebas por cada 1,000 habitantes. En las últimas semanas, el número de pruebas diarias pasó a 0.07, lo que representa se ha reducido en un tercio el número de pruebas, lo cual evidentemente genera un impacto sobre el número de casos diarios nuevos reportados.
El tema es relevante porque para que un país se considere que está efectivamente reduciendo y controlando la tasa de contagio (de acuerdo con la OMS) debe de tener menos de 5% de las muestras analizadas con resultado positivo dos semanas continuas. Dado el bajo nivel de pruebas que realiza México, hoy este porcentaje es superior a 60 por ciento.
A la fecha, México representa 1.6% de la población mundial y aporta 2.4% del total de casos reportados, pero 7.4% del total de los fallecidos. Nuestro país representa 4.5 veces más su participación en la población mundial, en cuanto al número de fallecimientos.
Con estos datos y estimaciones realizadas por distintos grupos de científicos en el mundo, estiman que México pudiese estar efectivamente entrando en una fase de contracción de la pandemia hacia finales del mes de octubre; siempre y cuando se mantengan las medidas mínimas de contención que impidan la propagación de la enfermedad.
Por lo que se refiere al efecto económico, de acuerdo con los datos publicados en el último informe del Banco de México, se plantean varios escenarios posibles de los cuales dos son poco probables. Se plantea un escenario denominado en “V” profunda, que supone que en principio la velocidad de la recuperación será similar a la de velocidad de la grave caída en la economía. Con los datos disponibles es más probable el escenario denominado “U” profunda, que supone que la recuperación será más gradual pero también en simetría con la caída. Este escenario implicaría que la economía caerá en 12.8% en el 2020.
En este pronóstico el crecimiento para el 2021 sería de 1.3%, por lo que, si este escenario se cumpliera, la recuperación de México a los niveles del 2019 se daría más bien hacia mediados del 2025, requiriendo que el país creciera del 2022 a 2025, a una tasa cercana a 4% cada año.
La política pública y la planeación del futuro requieren escenarios realistas que permitan tomar decisiones adecuadas para enfrentar la dimensión más probable de los problemas.
El optimismo voluntarista sirve de poco, frente un comportamiento de la realidad que se niega a responder a los discursos.