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Yucatán tiene todo para manufacturar
El sector joyero ha mostrado en particular un fuerte dinamismo. En el 2009, sus ventas aumentaron 49.25% frente al 2008, a pesar de la coyuntura económica internacional.
Mónica González, presidenta del Consejo Nacional de la Industria Manufacturera y Maquiladora de Exportación (CNIMME), dijo que Yucatán cuenta con varias fortalezas competitivas para consolidarse como un centro manufacturero en sectores como el textil, de la confección, maquinaria y aeroespacial.
El sector joyero ha mostrado en particular un fuerte dinamismo. En el 2009, sus ventas aumentaron 49.25% frente al 2008, a pesar de la coyuntura económica internacional.
Destaca potencial joyero
Los trabajadores de Yucatán le dan tanto valor a la honestidad, que esa virtud les permitió convertir a la entidad como la mayor exportadora de joyas de México.
El año pasado, 13 empresas establecidas en Yucatán vendieron joyas al exterior por un valor de 602 millones de dólares, lo que representó 42% de las exportaciones de ese estado, según datos de la Administración General de Aduanas (AGA).
Sam Schwartz, dueño de la empresa ARJ de Yucatán, destacó que opera una planta de joyería en Mérida desde hace más de 10 años por la honestidad de los trabajadores.
Según Ivonne Ortega Pacheco, gobernadora de Yucatán, la entidad tiene un índice de seguridad más alto que el de Suiza.
Schwartz ha visto otra cualidad en los yucatecos. Con su increíble mano de obra pueden hacer prácticamente cualquier diseño sobre pedido, proveniente de los exigentes mercados de Nueva York, Nueva Orleans o Miami.
Las exportaciones de joyería de Yucatán se concentran sobre todo en el mercado estadounidense, adonde se dirige 97.5% de la oferta externa, mientras que el restante 2.5% llega a Canadá.
Diana Castañeda, secretaria de Fomento a la Inversión y Comercio Exterior de Yucatán, planteó que otra ventaja que han visto las expresas joyeras está en la posición geográfica, pues desde Mérida se puede llegar en hora y media a Miami o Houston por avión.
rmorales@eleconomista.com.mx