Europa vive la rebelión de los modestos

La democracia es así, hay que aceptar lo que dice la mayoría", argumentó Michel Platini, por el formato de competencia de la Eurocopa de Francia 2016, que incluye a 24 países, ocho más que en las ediciones anteriores. El presidente de la UEFA, que ha implementado una política de inclusión con los agremiados -como sucede en Champions League, Europa League y la Eurocopa del 2020 que se realizará en distintas sedes y naciones-, recordó que la votación fue abrumadora: 51 de los 54 afiliados aceptaron la propuesta para aumentar los participantes, donde las más beneficiadas resultaron las naciones que aspiran a jugar su primera Eurocopa.

Al momento, sólo Inglaterra lidera su grupo, el único que mantiene su jerarquía de cabeza de grupo en el sorteo de la eliminatoria rumbo a Francia 2016.

La rebelión de los débiles la encabezan Gales, Eslovaquia, Islandia e Irlanda del Norte, líderes de sus respectivos sectores con la tercera parte del clasificatorio disputado, pero sobre todo, alimentando la ilusión de acceder por primera vez al torneo de naciones de la zona, motivados en gran medida por el cambio del formato.

Ninguna de las cuatro selecciones se ubica entre los mejores 20 conjuntos nacionales de Europa, según el ranking de la UEFA que avalúa el rendimiento de los países en las eliminatorias para mundiales y eurocopas de los últimos cuatro años. Islandia, por ejemplo, tiene según el listado 37 selecciones por encima, pero no ha perdido ninguno de sus tres partidos y tampoco ha recibido gol en contra. Su victoria 2-0 sobre Holanda confirmó su buen momento en la competencia.

Sin embargo, el rasgo más característico que comparten los equipos revelación es la experiencia de sus jugadores fuera de sus respectivas ligas, que se ubican por debajo del sitio 30 entre las más competitivas del continente. En promedio, el 84% de los seleccionados juegan fuera de su país, como Irlanda del Norte, donde ningún jugador participa en el torneo local.

Además, algunos jugadores convirtieron su presencia, indispensable para sus clubes. Un caso es Gylfi Sigurdsson, por el que Swansea pagó 10 millones de euros a Tottenham en el pasado mercado de fichajes, y que en 13 juegos con su club aportó tres goles y siete asistencias; al momento, acumula cuatro goles con Islandia, dos de ellos en la victoria ante Holanda.

Gareth Bale, la estrella de Gales y que por sí solo aporta el 57% (80 millones de euros) de los 139 millones de euros que vale en conjunto su selección, es el único jugador fuera de las islas británicas, ya que 17 de sus compañeros participan en Inglaterra y dos en Escocia.

Mientras, Irlanda del Norte pone sus esperanzas en el desarrollo de Ryan McLaughlin y Patrick Coleman, jóvenes con menos de 20 años que se formaron en las academias de Liverpool y Manchester United. Europa vive la rebelión de los modestos.

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