Ucrania, una legación en México sin estrategia

El embajador de Ucrania en México, Ruslán Spirin, concluyó su estadía en nuestro país después de ocho años de estar al frente de la legación, cuatro años más de lo que se estila en el mundo diplomático. Demasiado tiempo para haber obtenido pocos resultados en el fortalecimiento de los lazos con México. Muestra de lo anterior es el bajo número de reuniones intergubernamentales celebradas entre los dos países. La última visita de alto nivel a nuestro país se celebró hace varios años.

El ámbito comercial es uno de los elementos diplomáticos a los que los embajadores dedican enormes esfuerzos, sin embargo y en el caso de Spirin, Ucrania y México no ratificaron ni un solo acuerdo comercial. Por el contrario, durante su gestión ocurrieron algunos incidentes diplomáticos con periodistas o con miembros de migración en el aeropuerto de la Ciudad de México por no declarar correctamente la cantidad de dinero que un coterráneo transportaba. Los temas protagónicos estuvieron alejados de la agenda bilateral.

En lo que respecta a Ucrania, este estado ha perdido soberanía y se ha convertido en un estado débil porque tanto su política interior como la exterior sufren de grandes influencias de Estados Unidos y de la Unión Europea.

El gobierno del presidente Volodimir Zelenski no ha logrado desarrollar las reformas estructurales que su país necesita. Kiev sigue envenenando sus relaciones con los Estados Unidos, incluso durante el debate entre Donald Trump y Joe Biden fue abordado el tema de la corrupción de Hunter, uno de los hijos del candidato demócrata a la presidencia.

Pero la visión geopolitica de Ucrania no solo se topa con conflictos con Estados Unidos y con la Unión Europea, también aparecen roces con China, Irán, Rusia (el embajador Spirin se refirió a Putin como un “perro que muerde a sus vecinos”, referencia nada diplomática, sobre todo, un lenguaje que no se puede usar estando en un tercer país, en estre caso, en México) y Bielorrusia, enviando a miembros paramilitares para agregar inestabilidad a la de por sí situación compleja que vive el país.

Occidente ha criticado el intento del presidente Zelenski de nombrar a cercanos para conformar la comisión nacional en la fiscalía anticorrupción. En su cuenta de Twitter, Viola von Cramon-Taubadel, eurodiputada integrante del Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, escribió que la decisión del gobierno ucraniano podría cancelar el acuerdo de libre visado y crear obstáculos para la ayuda financiera e inversiones de hasta 1.5 mil millones de euros.

Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, sostuvo el pasado mes de agosto un encuentro con Zelensky en Kiev, le recordó que “Europa no es un cajero automático ni una organización de ayuda benéfica”. Borrell fue enfático al recordar que Ucrania requiere de profundas reformas estructurales para beneficio del país, mismas que a la fecha no han sido planteadas por el gobierno de Zelensky. “Para nosotros, la mejor manera de apoyar a Ucrania es ayudar a reformar el país”.

En cuanto a los temas de la conversación, “oligarcas, corrupción y Covid-19, lo que hablé con el presidente Zelensky”, comentó Borrell”.

En el marco del plan de austeridad impulsado por el gobierno del presidente López Obrador, y las observaciones realizadas por la Unión Europea en materia de reformas estructurales, la Secretaría de Relaciones Exteriores debería de evaluar los costos y beneficios que representa mantener nuestra embajada en Kiev.

Existe un déficit de representación diplomática en diversas zonas del mundo. Es momento de evaluar a fondo la geopolítica del país. ¿Hacia dónde queremos proyectar nuestros intereses? ¿Cómo vislumbramos a México en el mundo dentro de 10 o 20 años?.

Si no pensamos en el largo plazo a través de la diplomacia estaremos condenados a no diversificar nuestras relaciones.