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Política

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Carteles mexicanos fortalecen con dinero y armas a grupos colombianos

Los cárteles mexicanos, principalmente el de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación, han financiado disputas territoriales e incluso suministrado armas a grupos criminales en Colombia con el propósito de hacerse de los territorios anteriormente controlados por las FARC, para abastecerse de cocaína, según un estudio de la fundación colombiana Paz y Reconciliación (Pares).

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Foto: CuartoscuroFoto: Cuartoscuro

Los cárteles mexicanos, principalmente el de Sinaloa y el de Jalisco Nueva Generación, han financiado disputas territoriales e incluso suministrado armas a grupos criminales en Colombia con el propósito de hacerse de los territorios anteriormente controlados por las FARC, para abastecerse de cocaína, según un estudio de la fundación colombiana Paz y Reconciliación (Pares).

La organización identificó que el Cartel del Golfo, Cartel de Sinaloa y Cartel Jalisco Nueva Generación han impulsado el fortalecimiento de grupos armados colombianos como Clan del Golfo, Caparrapos, Los Pachenca, Ejército Popular de Liberación-EPL o Pelusos, Grupos Armados Postfarc, especialmente del suroccidente colombiano, entre otros.

La fundación recordó que Colombia alcanza la cifra de 212,000 hectáreas de coca, lo que revela el interés de los cárteles mexicanos.

“En las zonas donde hay mayor densidad de cultivos de hoja de coca es donde se han registrado la presencia de grupos del narcotráfico mexicanos, bien sea a través de financiación o articulación.

“Estas zonas son donde hay mayor presencia de grupos armados colombianos y es donde se ha generado un recrudecimiento de la violencia. Fundamentalmente, como lo advierte este y otros informes de Pares, estas nuevas conflictividades se dan producto de la disputa territorial por el control del mercado de la producción de cocaína; financiadas, en este caso, por carteles mexicanos”, añadió. 

La presencia de grupos mexicanos, según Pares, se afianzó a raíz de la firma -el 26 de septiembre del 2016- del acuerdo de paz en Colombia que puso fin a 52 años de conflicto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Este hecho provocó que 13,000 personas de la otrora guerrilla de las FARC-EP se comprometieran a reconfigurar sus tierras en Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR). Sin embargo, esos espacios ahora están siendo disputados por organizaciones delictivas colombianas, algunas de ellas financiadas por los cárteles mexicanos. 

“En la denominada transición o posacuerdo (de paz), el Estado colombiano no logró hacer presencia en zonas neurálgicas como, por ejemplo, Bajo Cauca Antioqueño, Pacífico Nariñense, Caucano o Chocoano. Sí lo hizo la ilegalidad que, durante estos años, se ha disputado a fuego y sangre los territorios para hacerse al control de las rutas del narcotráfico. Allí, han estado alimentando los carteles mexicanos”, expuso. 

Y hasta ofrecen conciertos de banda...

La fundación Pares identificó, e incluso mapeó, las zonas colombianas donde los propios habitantes conocen de la relación de grupos colombianos con mexicanos. 

Por ejemplo, en Antioquia (Medellín), la principal ciudad de Colombia después de Bogotá, particularmente en zonas como Dabeiba, Urimita y Cañas Gordas, “se ha evidenciado el financiamiento del Cartel de Jalisco Nueva Generación a los Caparrapos para lograr obtener mayores ganancias de la cadena productiva de la producción de cocaína”.

El estudio mencionó que en el Valle del Cauca, se escuchan historias de alianzas entre grupos de narcos mexicanos con colombianos. “De hecho, estas historias cuentan que en pueblos inhóspitos como en una vereda conocida como ‘La Playa’ se envió —como suerte de ofrenda— un concierto de la banda de música Norteña, ‘los Internacionales Rayos de México’.

En tanto, en el Bajo Putumayo se popularizó la historia de que, en el marco de una cabalgata, aparecieron cerca de ocho hombres en caballos con banderas mexicanas, tomando tequila y disparando.

En Tumaco, el informe identificó presencia y consolidación del Cartel de Sinaloa a través de un colombiano apodado “El Contador”, como también en los corregimientos de Llorente y el municipio de Olaya Herrera.

En la subregión del Catatumbo, el informe señaló presencia del Cartel Jalisco Nueva Generación y el Cartel de Sinaloa.

En Ciénaga, departamento de Magdalena, se ha registrado la presencia de un grupo denominado “Los Mexicanos”, presuntamente relacionado con el Cartel de Sinaloa, quien parece tener una alianza con el Clan del Golfo (colombiano) para regular el mercado de comercialización de la droga.

La injerencia de grupos mexicanos por medio de inyección de dinero y armas tiene el propósito -dijo Pares- de fortalecer el control de zonas que garanticen el flujo de droga hacia México, y desde donde -a su vez- se traslada hacia Estados Unidos, el principal mercado. 

Por ello, la fundación Pares alertó que en esas zonas, “hacen presencia buena parte de los grupos armados colombianos, lo que ha llevado al aumento de la violencia como resultado a la disputa de territorios por el control del mercado de la producción de cocaína, financiada, como se observó, por grupos ilegales mexicanos”.

jmonroy@eleconomista.com.mx

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