Buscar
Opinión

Lectura 5:00 min

El nuevo vacío global: China se prepara para ocupar el lugar que deja Estados Unidos

El repliegue internacional de Estados Unidos bajo el liderazgo errático de Donald Trump está dejando vacíos que China, con sigilo y estrategia, se apresura a llenar.

main image

OpiniónEl Economista

Existe una tesis cada vez más extendida según la cual China podría erigirse como la gran beneficiaria de las decisiones estratégicas de Donald Trump, particularmente aquellas que debilitan la red de alianzas comerciales tradicionales de Estados Unidos mediante aranceles que, en muchos casos, carecen de lógica económica aparente. Desde esta perspectiva, el repliegue estadounidense del escenario multilateral no solo abre espacios que Beijing puede ocupar, sino que refuerza su narrativa como un actor estable y comprometido con la cooperación global.

La errática conducta de Donald Trump hacia los aliados históricos de Estados Unidos ilustra con precisión su visión de las relaciones internacionales como meras transacciones de poder. Bajo esta lógica, la seguridad y estabilidad de los socios estratégicos no constituyen principios inquebrantables, sino fichas de negociación que pueden utilizarse para obtener ventajas inmediatas. En el fondo, Trump parece más empeñado en reafirmar su autoridad personal que en consolidar el liderazgo internacional de su país. Para él, la diplomacia no se basa en la construcción de alianzas duraderas, sino en acuerdos contingentes, dictados por el cálculo político de muy corto plazo.

Este enfoque impredecible y confrontacional ha generado una creciente incertidumbre entre los aliados tradicionales de Washington, debilitando la percepción global de Estados Unidos como un socio confiable. En ese vacío de liderazgo, China ha sabido posicionarse con astucia como un actor más “serio” y “previsible”, cultivando su imagen como defensor del multilateralismo, promotor de la estabilidad internacional y socio dispuesto a establecer relaciones de largo plazo.

Lo más preocupante es que este patrón no parece ser una anomalía, sino el reflejo de una transformación más profunda del orden internacional bajo la lógica trumpiana: un sistema menos cooperativo, más fragmentado y en el que el poder se impone por encima de los valores compartidos. En este nuevo escenario, China no solo se beneficia del desgaste de la influencia estadounidense, sino que consolida con eficacia su narrativa como potencia ascendente, racional y pragmática.

Una de las razones por las que Beijing no ha respondido con beligerancia a las provocaciones arancelarias de Donald Trump radica en su posicionamiento estructural dentro del comercio global. A diferencia de países como México —cuyo modelo exportador depende en un 80 por ciento del mercado estadounidense— China destina apenas el 16 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos. Esta menor dependencia le otorga un margen de maniobra estratégico que ha sabido aprovechar con una respuesta sobria y calculada. En lugar de escalar el conflicto, el Gobierno chino ha optado por proyectar contención —una contención estratégica—, permitiendo que sea Washington quien se aísle paulatinamente en sus disputas con múltiples frentes, mientras Beijing se consolida como un actor racional en tiempos de creciente incertidumbre.

El avance internacional de China se revela no solo como una estrategia económica, sino como un proyecto de influencia ideológica y dominación estructural, cuidadosamente envuelto en un discurso de pragmatismo. Beijing no necesita exportar su sistema político ni forzar alineamientos ideológicos. Le basta con generar vínculos de dependencia. La lógica es tan eficaz como inquietante: cuanto más dependa un país de China, más tenderá a adaptarse a sus reglas, sin necesidad de imposiciones formales. A diferencia de las democracias liberales, el modelo chino no exige adhesión a valores universales ni respeto a estándares democráticos o de derechos humanos. Le resulta indiferente si sus socios son dictaduras, regímenes socialistas o democracias parlamentarias, porque su propio modelo es híbrido: una combinación singular de autoritarismo comunista con dinamismo capitalista. En ese esquema, lo único que importa es la estabilidad, la continuidad funcional de los negocios y, sobre todo, el silencio ante el poder del Partido Comunista y la expansión paulatina —pero constante— de su influencia geopolítica. ¿Cómo responderán las democracias del mundo ante este cambio tectónico en el equilibrio de poder? ¿Estamos preparados para un mundo donde los principios democráticos y los derechos humanos puedan ser relegados en favor de un pragmatismo autoritario?

Michael Pillsbury, en su libro The Hundred-Year Marathon, sostiene que China ha estado ejecutando una estrategia a largo plazo para sustituir a Estados Unidos como la principal superpotencia mundial para el año 2049, coincidiendo con el centenario de la fundación de la República Popular China. Según Pillsbury, esta estrategia implica tácticas sutiles y, en ocasiones, encubiertas destinadas a socavar la influencia estadounidense y promover su propio modelo autoritario de poder estructurado.

El principal argumento de la citada obra es que, durante décadas, China ha implementado una serie de políticas y acciones diseñadas para fortalecer su posición global sin alertar a otras naciones sobre sus verdaderas intenciones. Estas tácticas incluyen el crecimiento económico sostenido, la inversión en tecnología avanzada y la expansión de su influencia política y cultural en diversas regiones del mundo.

Mientras Donald Trump se pelea con socios estratégicos y lanza amenazas teatrales a sus enemigos, China actúa con sigilo y cálculo, tejiendo pacientemente una red global de influencia mediante su ambiciosa Iniciativa de la Franja y la Ruta. Mientras la Casa Blanca se atrinchera en su retórica, Beijing construye infraestructura en África, intenta financiar proyectos en América Latina y ofrece estabilidad donde predomina la indiferencia occidental. Allí donde Estados Unidos se retira, China avanza. ¿Qué mundo heredaremos cuando esta red esté completamente desplegada?

*El autor es fundador de News Sensei, un brief diario con todo lo que necesitas para empezar tu día. Engloba inteligencia geopolítica, trends bursátiles y futurología. ¡Suscríbete gratis aquí!

Contacto X: @EduardoTurrentM

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí
tracking reference image

Últimas noticias

Noticias Recomendadas

Suscríbete