Mahler, el bienamado

El estreno de las grandes obras de Gustav Mahler (1860-1911) provocó invariablemente reacciones encontradas.

Mientras algunos partidarios suyos como Alban Berg (1885-1935) y Arnold Schoenberg (1874-1951) saludaban eufóricos sus obras, los detractores llegaron a extremos asombrosos de hostilidad. A quienes más escépticos se mostraron con sus sinfonías, replicó: Llegará mi tiempo .

El tiempo de Mahler llegó más rápidamente de lo que pudo haber supuesto, ya que a mediados del siglo XX se cumplió la profecía: el renacimiento mahleriano empezó a tomar un impulso asombroso. Hoy día, Mah-

ler se ha convertido en uno de los compositores más amados.

El primer ciclo Mahler lo realizó en México la Orquesta Sinfónica Nacional, en 1975, durante la gestión inolvidable de Eduardo Mata (1942-1995).

Posteriormente, Enrique Arturo Diemecke y Enrique Barrios, este último con la Filarmónica de la Ciudad de México, han presentado el ciclo completo de sus sinfonías.

El gran acontecimiento mahleriano ocurrirá en el 2010 y el 2011, en los que se cumplirán sendas efemérides: el sesquicentenario natal y el centenario fúnebre, respectivamente. Para celebrarlos, la Academia de Música del Palacio de Minería ha dispuesto que la Sinfónica que depende de ella ofrezca la obra orquestal completa de este músico.

Estas temporadas estivales alcanzarán con el proyecto colosal una de las cumbres de la historia concertística de México, por lo que la Academia de Música del Palacio de Minería se ha apresurado en anunciar la programación, que incluye la Décima sinfonía, dejada inconclusa, en la versión de Deryck Cooke (1919-1976), quien la terminó a partir de los bosquejos del compositor.

Se presentarán también todos sus ciclos de canciones orquestales, La canción del lamento, algunos movimientos sinfónicos desechados, como el célebre Blumine, y varias partituras de otros compositores retocadas u orquestadas por Mahler.

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