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El debilitamiento de la economía mexicana
Columna Invitada: Portafolio de Análisis

IMAGENES DE LA FACHADA DEL BANCO DE MEXICO (BANXICO).FOTO: DANIEL SANCHEZ
La reducción en las estimaciones de crecimiento económico realizadas por Banxico a finales de mayo pasado, en las que se proyecta que prácticamente creceremos cero por ciento al cierre de 2025, situación que, según las mismas estimaciones, prevalecerá en 2026, con un crecimiento que apenas llegaría al 1por ciento.
Este sombrío panorama, producto de factores externos e internos, los cuales analizaremos a continuación, preocupa especialmente porque es el primer año de la presidenta Sheinbaum, precedida de un sexenio en el cual la tasa promedio de crecimiento de la economía fue del 1%, en donde todavía no se recuperan los niveles de vida que teníamos previo a la pandemia.
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Menor crecimiento en los Estados Unidos
Al igual que en nuestro país, las estimaciones de crecimiento económico de los Estados Unidos pasaron de 2.2 a 1.6% para 2025 y de 1.6 a 1.5% para 2026. Adicionalmente, en el primer trimestre de 2025 su economía se contrajo a un ritmo anual de 0.2%, como producto de la incertidumbre generada por la guerra comercial emprendida por dicha nación, que ha generado desconfianza e incertidumbre, tanto al interior de esta, como al exterior, sobre todo con sus principales socios comerciales.
Adicionalmente, las expectativas de una mayor inflación se han disparado ante el inminente aumento de los precios, lo que ha impactado negativamente en la confianza de los consumidores norteamericanos. Las afectaciones llegan hasta el sector turismo, donde se registran menos reservaciones tanto en aerolíneas como hoteles, derivado de mayores restricciones para el ingreso de extranjeros.
Se han registrado movimientos bruscos en las divisas y comportamientos dispares en las criptomonedas. Los mercados de valores han sido uno de los más golpeados y se ha observado alta volatilidad. Las caídas de las bolsas de valores observadas en el ya histórico 10 de marzo, donde el S&P 500 se desplomó un 2.7% y el NASDAQ un 4 por ciento.
Las acciones más afectadas han sido las que dependen de las grandes cadenas globales de suministro y de exportación como las industriales y tecnológicas. En ese sentido, Goldman Sachs estima que un aumento de 5 puntos porcentuales en los aranceles promedio podría recortar aproximadamente del 1 al 2% de las utilidades por acción de las empresas del S&P 500.
En consecuencia, se prevé que el crecimiento económico a nivel mundial también se desacelere. El Fondo Monetario Internacional y otras instituciones ha revisado a la baja sus previsiones, ubicándolo en 2.8%, inferior a previsiones anteriores.
Debilidades endógenas de la economía mexicana
Como es del conocimiento, en el caso de la economía mexicana, uno de los principales componentes de su crecimiento está determinado por el efecto locomotora que ejerce, a su vez, el comportamiento de la economía norteamericana y el nivel de concentración de nuestro comercio exterior.
En ello incide desde la política arancelaria que defina los Estados Unidos, el rumbo que tome el TMEC, la llegada de menos dólares por remesas ante la posibilidad de estar sujetos a impuestos, la deportación de migrantes y la politización de la lucha contra el fentanilo, los cuales le abonan a un panorama de incertidumbre y desconfianza al que se le suman los obstáculos internos.
Ante ello, los agentes económicos del país han tomado previsiones en materia de inversión y de consumo. Al proyectarse un crecimiento casi cero de la economía prácticamente estamos llegando al estancamiento económico. Lo anterior ya se refleja en las cifras de empleo dadas a conocer recientemente por el INEGI, al informar que en mayo pasado el trabajo formal registró una caída de 45,624 plazas laborales, la peor caída que se tenga para un mismo mes de mayo, sin considerar el año de la pandemia.
Por su parte, la Inversión Fija Bruta registró un descenso de 4.9% en el primer trimestre del año, arrastrada por un desplome de 22.4% de su componente público. Este último punto es muy relevante porque está muy ligado a las finanzas públicas, ya que el nulo crecimiento genera menor recaudación y continúa la presión del costo financiero de la deuda, especialmente la de Pemex, por lo que se estima difícil alcanzar el déficit fiscal de 3.9% del PIB.
Los instrumentos que tiene el gobierno federal para impulsar el crecimiento económico a través del gasto público se han visto limitados. Ha sido lenta la liberación de recursos para impulsar el Plan México, centrado mayormente en la generación de infraestructura.
La puesta en marcha de un sistema de salud integrado sigue pendiente, la lucha magisterial parece salirse de control y el reciente proceso electoral para definir el nuevo sistema judicial mexicano, como corolario, genera mayor incertidumbre por la concentración del poder en un solo partido. Sin duda, grandes retos por delante y cuidadosas estrategias por definir para mantener el frágil equilibrio.
*es economista con postgrado en historia y desarrollo económico.
**es economista con postgrado en administración y finanzas.