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Subsidios a Kia no son excesivos: IHS Automotive
La consultora automotriz considera que los apoyos son razonables a nivel América del Norte, considerando la competencia por proyectos.
Los subsidios otorgados por el gobierno federal y de Nuevo León para el establecimiento de una planta de Kia en México están dentro de los parámetros de competencia que se registran en América del Norte, afirmó Guido Vildozo, gerente de IHS Automotive Latinoamérica.
Una planta de estas dimensiones es peleada en la región norteamericana con ofrecimientos de subsidios por entre 25 y 35% del monto invertido, detalló Vildozo.
El proyecto de la planta de Kia, anunciado en el 2014, recibió incentivos por 670 millones de dólares por el gobierno federal y de los gobiernos locales, el equivalente a 27% de su inversión requerida, por 2,482 millones de dólares.
Por su alta cuantía, este proyecto fue duramente disputado por estados de la región del Bajío, del norte del México y del sur de Estados Unidos, como Alabama, donde Kia opera una planta, y Georgia.
Otro factor que elevó la puja de los subsidios radicó en que el proyecto de Kia llegó al final de un ciclo boyante de instalación de nuevas plantas automotrices en América del Norte, tras un reacomodo del sector derivado de la crisis financiera internacional iniciada en el 2008-2009.
México atrajo todas esas plantas nuevas, excepto una de autos de lujo de Jaguar Land Rover, filial de la empresa india Tata Motors, que perdió frente a Eslovaquia con un monto de inversión de 2,000 millones de dólares, en una competencia en la que además de la cercanía del mercado potencial, también se ponderaron los subsidios ofrecidos.
La de Kia ha sido la planta nueva más cara en la historia de la industria automotriz mexicana, por un monto que equivale a casi la inversión promedio anual (2,524 millones de dólares) que el país captó del 2008 al 2014.
El gobierno de Nuevo León difundió que la planta generará 8,900 empleos directos e indirectos, lo que supone una media de 75,281 dólares de porción de la inversión total del proyecto por cada uno de esos puestos de trabajo, lo que para Vildozo aun así es viable, considerando que la plantilla laboral permanecerá por largo plazo.
Otra de sus conclusiones está en que cualquiera de los otros estados de México que compitieron por atraer la planta de Kia hubiera tenido que erogar un monto similar al que ofreció el gobierno de Nuevo León.
La actual administración de Nuevo León, que inició en octubre del 2015, no reconoce la negociación de su antecesora con Kia, argumentando que la ley al fomento a la inversión y al empleo permite al gobierno estatal otorgar incentivos sólo hasta por 5% sobre la inversión.