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El mito de los autos baratos en EU
Cinco años después de la puesta en marcha a la libre importación de vehículos procedentes de EU, vale la pena revisar si esta operación conviene o no.

Cinco años después de que se abriera la libre importación de vehículos nuevos sin arancel, procedentes de EU y Canadá, según lo establecido en el TLCAN, es momento de revisar si vale la pena o no comprar un carro en el vecino país y traerlo a México.
Para la Asociación Mexicana de Distribuidores de Autos (AMDA), adquirir un auto nuevo en México todavía cuesta menos que comprarlo en EU, afirmó a El Economista Guillermo Rosales Zárate, director de Relaciones Gubernamentales de dicho organismo.
Esto no aplica para todos los modelos , explica Rosales. Nosotros llevamos una constante evaluación de cómo están dando los precios y hay que distinguir entre los precios antes de impuestos y los precios después de impuestos .
Explicó que si se considera que en EU aplica un impuesto en la mayor parte de los Estados entre 6 y 8% y en México aplica sólo 15% de IVA más el impuesto sobre automóviles nuevos, que es cercano de 2%, entonces ahí existe ya un diferencial al rededor de 10% nada mas por impuestos.
Antes de impuestos la mayor parte de los vehículos tienen precio similares incluso para algunos modelos los precios son mayores en EU que lo que se venden en México. Cuando incorporas el tema de los impuestos el precio al consumidor puede sufrir una variación , agregó.
Dijo que como los precios del producto son similares por la misma estabilización y de la homologación que hay entre todos los mercados internacionales, el precio que pone el fabricante al que vende al distribuidor es el precio del producto y los impuestos ya no los puede regular ni el fabricante ni el distribuidor. Esto pasa en general y no solo con los vehículos hechos en EU , aclaró.

¿Cómo enfrentar la crisis?
Advirtió que el camino de las armadoras para ser más competitivas en México será el mismo que ha llevado a cabo en otras situaciones en condiciones adversas. Durante varios años a la fecha (las armadoras) han hecho un esfuerzo para sostener los precios, es decir el incremento de los precios de los vehículos ha sido inferior en términos reales a lo que se ha incrementado el índice general de precios al consumidor.
Por ejemplo el 2008, el promedio del aumento de los vehículos fue menor de 4% mientras que la inflación estuvo arriba de 6.5%. En el 2007 la inflación rondo 4% y el incremento del precio de los vehículos anduvo al rededor de 2%, esto es resultado de que el mercado mexicano es uno de los más competidos en el mundo, en el que existe el mayor número de marcas y modelos disponible , detalló.
Guillermo Rosales aseguró que el mercado cayo 3.3 en el 2007 y 6.8% en el 2008, y por ello no se puede repercutir en un incremento de precios cuando esta bajando la demanda.
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cfarias@eleconomista.com.mx