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Escorihuela Gascón: la herencia de 145 años que mira al futuro desde el terruño

En un mercado tan dinámico y en plena efervescencia como el mexicano, la frase "empezar de cero" suena a audacia. Pero cuando la pronuncian los representantes de Escorihuela Gascón, una bodega argentina con 145 años de historia, la palabra adquiere un matiz distinto: el de una estrategia calculada y una ambición renovada.
Matías Ciciani Soler, enólogo de la casa, y Claudio Mendoza, gerente comercial, visitaron México para marcar el inicio de un nuevo capítulo, uno que busca posicionar sus vinos no como una novedad, sino como el resultado de una profunda conversación entre la tradición y la vanguardia.

Matías Ciciani
La decisión de relanzar su presencia en México, tras una década de trabajo con un importador pequeño, responde a una necesidad de crecimiento. México no es un mercado cualquiera; es el sexto destino más importante para todo el vino argentino a nivel mundial, un jugador clave en el top ten. Para una bodega con una fuerte presencia en Estados Unidos y Canadá, la consolidación en el mercado mexicano era una "cuenta pendiente" y un paso coherente en su estrategia regional.
La dualidad como motor: tradición e innovación
El verdadero valor de Escorihuela Gascón reside en una aparente contradicción que Matías Ciciani defiende con convicción: "A nosotros nos caracteriza la tradición y la innovación". Estas no son palabras vacías. La bodega fue pionera en embotellar un Malbec 100% en la década de los 70 y hoy es la bodega más antigua en funcionamiento continuo en la ciudad de Mendoza.
Al mismo tiempo, esta herencia no ha sido un ancla, sino una plataforma para la exploración. Fueron la primera bodega biodinámica de Argentina, y actualmente poseen la finca biodinámica más grande del país, Finca Cordón el Cepillo, con 80 hectáreas certificadas por Demeter. "Somos una bodega clásica, tradicional, sí, una historia de 140 años, pero te diría que era la bodega de mayor innovación de Argentina", afirma Ciciani.

El mayor reto para la bodega es precisamente posicionar la marca en México en el lugar que su historia merece
Autenticidad por encima de la receta
Durante los últimos 12 años, Ciciani ha liderado una transformación enfocada en la calidad y la expresión del origen. Su enfoque se ha centrado en la "autenticidad y en la personalidad" de los vinos, un esfuerzo consciente por lograr "vinos con menos intervención enológica y más pureza del lugar".
Esta filosofía se traduce en un rechazo a los protocolos estandarizados. "No me gusta copiar en ningún sentido en mi vida y creo que sería el fracaso más grande de mi vida es copiar algo". Cada tanque se trabaja de forma individual, como un organismo único, permitiendo que el terroir hable con la mayor claridad posible. Este concepto, que él define como "honestidad con la materia prima", busca que la experiencia de beber el vino sea un transporte directo al paisaje y al suelo del que proviene.

Escorihuela Gascón Malbec
Un claro ejemplo de esta visión es el vino Escorihuela Gascón Organic Vineyard, su primer proyecto biodinámico. Concebido para ser "exactamente la uva puesta en una botella", sin paso por madera y con certificación Demeter, este Malbec marcó un antes y un después en la bodega. Antes de su lanzamiento, ya había sido reconocido con 94 puntos por Tim Atkin y 96 por la revista Decanter, validando un camino que se alejaba de las tendencias para centrarse en la pureza.
Apuesta por la consistencia en el mercado mexicano
La estrategia de llegada a México es precisa. No buscan inundar el mercado con su amplio portafolio, sino construir una base sólida con etiquetas clave. La apuesta se centra en la línea Escorihuela Gascón, el nombre del fundador y su bandera, junto con la línea joven Familia Gascón, las Pequeñas Producciones de varietales específicos y los vinos de alta gama como MEG y Don Miguel Gascón.
Los precios se mueven en un rango que va desde los $380 pesos para la línea Gascón, pasando por los $430-$450 para la línea Escorihuela Gascón, hasta superar los $1,800 pesos para su vino ícono. La distribución será selectiva, enfocada en puntos de venta especializados y restaurantes, buscando al consumidor que valora la historia y la calidad por encima de la novedad efímera.
Por su parte, Claudio Mendoza subraya que no sienten la presión de seguir las tendencias pasajeras como los vinos naranjas o las uvas criollas de moda. Su fortaleza, argumenta, es la consistencia. En un contexto económico incierto, "la gente ante la duda ante la falta de dinero prefiere pagar por algo que le da seguridad en que lo que va a obtener es un producto de calidad".

Bodega Escorihuela Gascón
El mayor reto para la bodega es precisamente posicionar la marca en México en el lugar que su historia merece. Para Matías Ciciani, la mayor satisfacción es ser consciente de que forma parte de una historia viva, una que, a sus casi 150 años, se siente llena de energía y con un "futuro gigante". Con esta mezcla de respeto por el legado y una clara visión innovadora, Escorihuela Gascón llega a México para echar nuevas raíces.

