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Cerveza de Pan de Muerto: La versión artesanal del sabor más querido del Día de Muertos

Inspirada en uno de los sabores más emblemáticos de México, Falling Piano Brewing convierte el pan de muerto en una bebida refrescante.
Cada otoño, el aroma a flor de azahar, mantequilla y azúcar inunda las panaderías de México. Es el anuncio de una de las temporadas más queridas del año: el Día de Muertos, cuando el pan de muerto se convierte en el protagonista de las ofrendas, las sobremesas y los recuerdos familiares.
Pero en el corazón de la Colonia Roma, ese sabor ancestral encontró una nueva forma de celebrarse: una cerveza que sabe a pan de muerto.
La idea surge en Falling Piano Brewing Co., una cervecería independiente que desde 2017 ha apostado por crear experiencias líquidas con sello mexicano.
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“Hacemos una receta que emula los sabores del pan de muerto desde la selección de maltas base, buscando ese saborcito a pan”, explica Diego Lara, fundador de la cervecería, mientras el aroma a cebada tostada y naranja flota entre los fermentadores y la música suave del tap room.
El proceso parte de maltas base que aportan notas de pan horneado, y se complementa con flor de azahar —el aroma más característico del pan de muerto— y cáscara de naranja, que otorga un toque cítrico.

Cerveza sabor Pan de Muerto
Pero lo que realmente la distingue es su ingrediente secreto: pan de muerto real, incorporado durante el “mash”, una de las fases esenciales del proceso cervecero. “Literal le echamos pan de muerto al mash. Queremos que tenga la magia, la jiribilla y el regusto del pan mismo”, dice Lara.
El resultado es una Brown Ale con cuerpo medio y notas dulces, tostadas y especiadas, capaz de despertar recuerdos en cada trago. “Desde el primer sorbo te va a recordar al pan de muerto. Es como una mordida líquida”, asegura su creador.
Solo una vez al año
Esta cerveza especial se produce una sola vez al año, en un lote limitado de 2,400 litros, que suele agotarse muy rápido “Es una edición única, hasta agotar existencias”, detalla Lara.
Este 2025, saldrá a la venta a partir del martes 14 de octubre, y podrá disfrutarse de barril en el tap room de la Roma, así como en lata (110 pesos) o por pinta (100 pesos).
Además, esta edición también podrá encontrarse en AllWood BBQ, uno de los restaurantes aliados de la cervecería, donde se sirve junto a su menú de carnes ahumadas.
“La combinación de comida ahumada con esta cerveza es brutal: el dulzor del pan de muerto se equilibra con el humo y las especias de los cortes. Es una experiencia redonda”, comenta Lara.
Un homenaje entre amigos cerveceros
Aunque Falling Piano ha perfeccionado su propia versión, la idea de combinar pan de muerto y cerveza no nació aquí. “Nosotros no inventamos la combinación. Un buen amigo cervecero de La Chingonería fue quien la lanzó hace años, y nos inspiró mucho. Hicimos colaboraciones varias veces y ahora quisimos rendirle homenaje con una versión totalmente nuestra”, recuerda Lara.
Esa relación con otros proyectos artesanales refleja uno de los valores esenciales de la marca: la colaboración y la comunidad.
Desde sus inicios, Falling Piano trabaja con proveedores locales, chocolaterías artesanales y otras cervecerías mexicanas, creando una red que impulsa el consumo responsable y el valor del producto nacional.
“Nos gusta mantenernos locales, trabajar con gente que comparte nuestra visión y seguir experimentando. Eso es lo que mantiene viva la cerveza artesanal mexicana”, afirma.

Falling Piano
Fundada en mayo de 2017, Falling Piano Brewing Co. nació con una identidad tan singular como su decoración: un piano suspendido que cuelga del techo, símbolo del riesgo y la creatividad que los define.
El sabor que despierta la nostalgia
La cerveza de pan de muerto no es solo una bebida: es una reinterpretación moderna de una tradición mexicana.
Cada trago evoca la infancia, las reuniones familiares y el olor a horno caliente. Es una forma de celebrar la vida y honrar la memoria, de mantener viva la costumbre a través de un producto que —como el pan mismo— une a las personas.
“Queremos que la gente pruebe algo que le despierte recuerdos, pero en una presentación distinta. De eso se trata hacer cerveza artesanal: de contar historias y mantener vivas las tradiciones”, finaliza Lara.



