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Una década de abstraccionismo dialoga con clásicos de la plástica jalisciense
El Museo Cabañas abre este viernes dos muestras pictóricas “Abstracciones. Una década en la plástica jalisciense” y 1964: orígenes de la Colección Pueblo de Jalisco.

Ruptura y diálogo. Dos conceptos divergentes que ahora convergen en el Museo Cabañas de Guadalajara para mostrar el vibrante movimiento pictórico que abrió el abstraccionismo en la plástica jalisciense, importante por la presencia de Mathias Goeritz, pero también por el cambio de generación y el distanciamiento que supuso de la Escuela Mexicana de Pintura.
A partir de este viernes 28 de mayo, el Museo Cabañas presenta dos exposiciones, cada una desde su espacio pero de manera simultánea, que lo mismo revelan la impronta del muralismo como la influencia de la arquitectura en el desarrollo de las artes plásticas de Jalisco de 1950 a 1970.
La primera de ellas, Abstracciones. Una década en la plástica jalisciense, bajo la curaduría de María Fernanda Matos Moctezuma, exdirectora del Museo de Bellas Artes y excoordinadora nacional de Artes Plásticas del INBAL, reúne 60 piezas de 25 artistas nacidos en la primera mitad del siglo XX, representantes de las corrientes abstractas que aparecieron en Guadalajara entre 1967 y 1977.
Entre ellos destacan Miguel Aldana, Gustavo Aranguren, Fernando González Gortázar, Richard Lapan, Fabián Medina, Dolores Ortiz Minique, Enrique Rico, Fritz Riedl, Francisco Rodríguez Caracalla, Irma Serna, Jesús Serna, Ramiro Torreblanca y Luis Valsoto.

Víctor Palacios, jefe de Curaduría del recinto tapatío, reflexiona que se estable una especie de diálogo y de conexión entre estos exponentes de las diferentes corrientes del abstraccionismo, como por ejemplo Irma Serna, cuya propuesta es de abstraccionismo lírico frente a Fernando González Gortázar, de la corriente geométrica.

El trabajo curatorial de Matos Moctezuma, especialista en arte moderno y contemporáneo permite apreciar incluso un abstraccionismo hibrido entre geométrico y figurativo, donde la figura nuca desaparece del todo, dice Palacios, “de allí que es muy interesante el diálogo que se establece no sólo desde el punto de vista estilístico sino del contexto artístico de aquellos años”, apunta.
Como precursores del arte abstracto, estos creadores son referente de un periodo en que se abrieron espacios que propiciaron el contacto del público con tales corrientes como la Galería Municipal, el Centro de Arte Moderno, y el Departamento de Bellas Artes del Estado de Jalisco.
Responden también a una fuerte influencia que ejerció en ellos la escultura pública, que abrió un horizonte con la llegada de arquitectos como Mathias Goeritz, Eric Coufal y Olivier Seguin a Guadalajara, en los años 50, señala Palacios, y hace referencia al “Pájaro de fuego”, de Goeritz, que se yergue desde 1957 sobre la avenida Los Arcos de la capital jalisciense.

Abstracciones. Una década en la plástica jalisciense, incluye pintura, escultura, tapiz y obra gráfica proveniente de la colección de los propios artistas, así como de coleccionistas particulares y de los acervos del Museo Cabañas.
La muestra podrá visitarse de martes a domingo, salas 1 a la 5 Norte, hasta el 12 de septiembre de 2021.
1964: orígenes de la Colección Pueblo de Jalisco
En paralelo, también abre sus puertas en la sala 6 Norte la exposición 1964: orígenes de la Colección Pueblo de Jalisco, que forma parte de las colecciones del Museo Cabañas. Este acervo tiene su origen hace más de medio siglo, cuando en 1964 el entonces gobernador de Jalisco, Juan Gil Preciado, comisionó a Carmen Marín para integrar una colección de arte moderno tapatío.
La colección, alojada en un principio en la Casa de las Artesanías, pasó a la Casa de la Cultura y finalmente fue trasladada al Museo Cabañas de forma definitiva en 1983, año en que el recinto, otrora Hospicio Cabañas, se convirtió en museo. En la actualidad, se compone de 84 piezas de 51 artistas, entre pintura, escultura, dibujo e instalación, realizadas desde principios del siglo XX.
El curador Víctor Palacios señala que originalmente esta colección reunió 46 obras, de las cuales se expondrán 32 en esta ocasión, de la autoría de Ignacio Aguirre, Jorge Alzaga, Armando Anguiano, Raúl Anguiano, Javier Arévalo, Fidencio Castillo, Rosa Castillo, Guillermo Chávez Vega, Amado de la Cueva, Jorge Enciso, José Luis Figueroa, Jorge González Camarena, Jesús Guerrero Galván, Hermilo Jiménez, Francisco Marín, María Marín, Alfonso Michel, Roberto Montenegro, Alfredo Navarro España, Carlos Orozco Romero, Emilio Pulido, Chucho Reyes Ferreira, Jesús Serna, José María Servín y Juan Soriano.

Palacios apunta que al igual que en Abstracciones, aquí también los temas, las técnicas y los formatos son muy variados: óleo, acuarela, grabado, caricatura, temple, collage, y predominan los paisajes, la naturaleza muerta, y el retrato clásico, el recurso a la historia y a la identidad nacional, donde se trasluce la influencia que ejerció el muralismo y la escuela clásica mexicana. Sin embargo, abarca periodos más amplios, que van desde los albores del siglo XX hasta la segunda mitad de la centuria.
En esta muestra destacan las obras” La exhumación del conquistador Cristóbal Romero” (1964), de Jorge González Camarena; “Pájaro alucinado” (1956), de Juan Soriano; “Barricada” (1957), de Alfonso Michel; Paisaje Chamula (1962), de Raúl Anguiano; un “Cristo”, de Chucho Reyes Ferreira; una caricatura de Diego Rivera a la acuarela (1928), de Carlos Orozco Romero; hasta paisajes de Jorge Encino pintados en 1910.
Víctor Palacios concluye diciendo que aunque las muestras se exhiben en espacios separados, ambas ofrecerán al visitante una ventana para asomarse a las distintas corrientes pictóricas que marcaron la plástica en Jalisco durante el siglo XX.
“Lo que hemos querido hacer es entremezclar las colecciones, ponerlas en diálogo, y no sólo exponerlas por exponerlas, sino renovarlas en su apreciación, enriquecerlas, incluso criticarlas, pero generar un nuevo discurso”.
La muestra permanecerá hasta el 8 de agosto.


