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Isaac Hernández, ensayando en casa, como cuando era niño
Este 30 de abril el bailarín mexicano cumple 30 años de vida. El confinamiento mundial por el Covid-19 hace que su celebración sea discreta, pero reflexiva.

Los festejos por los 30 años de vida de Isaac Hernández, el mejor bailarín de México y uno de los mejores del mundo, comenzarían este jueves 30 de abril y culminarían con una gran fiesta el 8 de mayo, luego de las dos funciones de Giselle, de Akram Khan, programadas en el Auditorio Nacional. Pero la pandemia del Covid-19 escribió otra historia.
El Benois de la Danse 2017 celebra discretamente en su departamento de Londres, Inglaterra, donde reside desde hace tres años como bailarín principal del English National Ballet. “Será con un pastel hecho en casa, como cuando era niño, tranquilo”, dice en respuesta a una entrevista con El Economista desde Reino Unido.
En la cocina ha instalado unas láminas de triplay para seguir entrenando bajo la supervisión de su directora, Tamara Rojo, o en soledad, pero con la complicidad del streaming, ya que en punto de las 11 de la mañana, hora local (5 de la mañana de México) transmite su entrenamiento. También lanza retos para su hermano Esteban, primer bailarín del San Francisco Ballet, quien hace lo propio, a través de las redes para mantener vivo al ballet en las nuevas plataformas.
“Es un placer y también una fortuna tener algo de espacio en la casa para bailar. También es muy difícil, por el hecho de estar en casa, tener disciplina para no perder la motivación y la forma” afirma. Incluso no tiene empacho en señalar que el desánimo le ha llegado, pero sólo es por momentos. Si alguien sabe de luchar y resistir es él, quien desde los 13 años de edad dejó la casa materna en la colonia Seattle de Zapopan, Jalisco, para irse a vivir a Philadelphia, en Estados Unidos, con la única compañía de su hermana Emilia, la mayor de los 11 hijos que los Hernández Fernández concibieron. Una familia numerosa y unida que hoy está desperdigada por el mundo.
Así que, si alguien sabe de extrañar es Isaac, pero hoy se enfrenta a una lejanía nueva: los escenarios. Como en el resto del mundo, en Inglaterra los espectáculos masivos están suspendidos hasta nuevo aviso, y con ello, las funciones que su compañía daría no sólo en Londres, sino en otras ciudades del planeta, incluida la Ciudad de México. Sí, incluidas las del Auditorio Nacional.
“Todos los días me despierto, hago el café y comienzo a mover la mesa y las sillas de encima del piso de ballet que conseguí armar en mi cocina, este piso me permite saltar”. Es un ritual que, comenta, le recuerda a sus primeros entrenamientos en la casa paterna, bajo la supervisión de su padre, el maestro Héctor Hernández.
Para su fortuna, y la de sus seguidores, en la lista de teatros que Isaac ha pisado faltan muy pocos por palomear: ha estado en el Palacio de Bellas Artes y el Teatro Degollado en México, hasta en el Mariinsky de Rusia, las Óperas de París y de Roma, el Coliseo de Londres, sin faltar escenarios, desde Buenos Aires hasta Tokio. Hay una amplia colección de sellos de ingreso a distintos países en su pasaporte.
“Me es difícil verlo en estos momentos, no quiero adelantarme a conclusiones, es algo nuevo para todas las industrias e histórico”, dice sobre la situación actual que enfrentan los artistas y lo que se viene para ellos. “No lo puedo ignorar, me preocupa la falta de objetividad en la vida creativa hacia la sociedad de los últimos años, me preocupa que no se haya hecho una labor que merezca un lugar en las nuevas realidades a las que afrontaremos. Es momento de reimaginar, de reinventar, pero también de ser solidarios con lo que nos ha traído hasta aquí y que nos permite a seguir hacia delante, pero las cosas tienen que cambiar definitivamente en las industrias creativas”.
El año pasado, junto con su hermana Emilia comenzó los procesos para establecer la primera Federación de Industrias Creativas que se concretó el 31 de enero de este 2020, con la Asociación de Amigos del Museo de Arte Popular de México como cofundador, y con modelos ingleses probados. Ese es sólo uno de los proyectos que tendrán que esperar para Isaac y su empresa cultural Soul Arts Productions.
Por lo pronto, el embajador cultural de México en el mundo, y uno de los mil personajes más influyentes de Londres, según autoridades culturales de Inglaterra, sigue con sus entrenamientos, ofrece entrevistas en vivo vía redes sociales y prepara clases para principiantes con el cobijo de Citibanamex, una de las empresas que patrocina sus pasos.
El cumpleaños 30 para Isaac Hernández es más histórico de lo que él suponía. Pero está listo para afrontar los cambios que se generen a partir de ahora. “Siempre he trabajado con excelencia”. Y lo seguirá haciendo, en los grandes teatros del mundo, o en el calor de la cocina de su departamento.
¿Quién es?
Isaac Hernández (Guadalajara, 30 de abril de 1990) es el primer mexicano en ganar el Benois de la Danse, premio considerado el Oscar de la danza, que se entrega cada año en Rusia.
Realizó ocho ediciones de Despertares, espectáculo de danza clásica y contemporánea que trajo a la Ciudad de México y Guadalajara a los mejores bailarines del mundo.
También realizó dos ediciones de Despertares Impulsa, plataforma gratuita de instrucción artística en diferentes disciplinas, desde la danza por supuesto, hasta el cine, la gestión y la elaboración de vestuario, entre otros.
Entre los mejores recuerdos profesionales que tiene, está haber sido dirigido por la leyenda viva de la danza: Mikhail Baryshnikov.
En el 2019 incursionó por primera vez en la actuación, primero en la película El rey de todo el mundo, bajo la dirección de Carlos Saura, y luego en la serie Alguien tiene que morir, del también tapatío Manolo Caro, que se estrenarán a finales del 2020 o a principios del 2021.