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Opinión

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¡Pégame, mátame... pero no me dejes!

De todas las horribles formas de violencia que se pueden ejercer contra las mujeres la más frecuente proviene de sus parejas masculinas. Esta es una tendencia mundial: el esposo, compañero sentimental, novio o como usted quiera decirle es quien, más que un extraño, viola, destruye física o psicológicamente o de plano asesina a la mujer con quien comparte su vida. Si se revisan los datos mundiales, lo mismo en Rusia que en México o en China todos hemos oído hablar de la llamada violencia familiar o violencia doméstica. Esto es, en una relación de pareja y sin importar los años que lleven juntos muy a menudo se produce el abuso.

Los datos de la OMS son contundentes: 60% de las mujeres en todo al planeta han vivido o viven situaciones que ponen en riesgo su vida. Lo más asombroso es cómo, a pesar del sufrimiento y peligro que esto conlleva, un porcentaje significativo de las víctimas no terminan de una vez por todas con estas relaciones tóxicas, sino que pueden permanecer durante mucho tiempo en ellas con todo y el maltrato cotidiano que padecen. ¿Por qué sucede esto?

No hay una sola razón que lo explique. Son muchos factores los que pueden mover a una mujer a soportar este martirio: inseguridad económica, roles de género aprendidos, una cultura patriarcal dominante, temor de que al huir pudieran enfrentar una más grave violencia, el temor a que les quiten a sus hijos, etc. Pero muchos estudios han encontrado también que hay una serie de componentes emocionales o variables psicológicas que pueden conformar una personalidad codependiente a la que le cuesta un enorme esfuerzo liberarse de su tirano. 

Todo esto es bien sabido por nosotros los psicólogos, pero dada la situación que se vive en algunos países en el mundo, y evidentemente en México, me pregunto si esta codependencia de las victimas a sus autoritarios opera también a nivel político-social. Lo más terrible es que me parece que sí.

El tema es este. Por un manejo inadecuado de la pandemia nuestro país ha lamentado la pérdida de más de 600 mil personas; la economía nacional, dice OCDE, Banco de México, etc.,  crecerá menos del 2% (Colombia crecerá este año un 6.5% y Venezuela, aunque usted no lo crea ¡5%!); tendremos en este año más de 2 millones y medio de nuevos pobres mexicanos; llevamos más de 120 mil homicidios hasta este 2022 y de menos el 30% del territorio nacional está subordinado a los narcos y, como remate, no existe confianza en México para la inversión privada, que ha decrecido importantemente. La situación que atraviesa nuestro país es muy difícil y muchos estamos sufriendo enormemente por ella.

Pues sí…pero el pasado 5 de junio, 4 de 6 estados de la república que tenían procesos electorales, votaron por MORENA. Mas claro ni el agua, digo yo. 

En fin, pareciera que una buena cantidad de ciudadanos mexicanos grita en el delirio máximo de la codependencia: ¡pégame, mátame, pero no me dejes! ¿O no?

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