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La pandemia y económica: primeros apuntes
A dos años del Covid advertimos algunas consideraciones con relación a su impacto en las economías. El entorno no se está dibujando como todos esperábamos. Si bien los efectos negativos serán menores, la salida del virus SARS-CoV-2 no está cerca. Los gobiernos, sin embargo, no se ven dispuestos a cerrar sus economías. Las regiones notoriamente se recuperan de forma dispar, lo que es una mala señal para una economía que mantiene el paso hacia una mayor integración comercial. Al mismo tiempo asistimos a la configuración de dos bloques comerciales; EU y China, con Europa sumergida en el nacionalismo, declinación de su población e inmigración desbordada. El control de la pandemia sin sincronía advierte serios problemas para recuperar la economía global lo que dará como resultado un mundo mucho más desigual. A lo anterior se añade la incertidumbre trajo prexistente.
En estos momentos, la transición a la era posCovid es el mayor reto para las economías, unas para corregir la excesiva liquidez y deuda acumulada, otras, por el evidente rezago y alejamiento del sistema productivo internacional. No existe precedente histórico de lago similar, salvo la pandemia de la Gripe Española que, por diversas causas, derivó en la Primera Guerra Mundial. Esta corrección será, por tanto, inédita, no existe nadie capaz de anticipar el desenlace. Lo que será claro es la aparición de episodios de incertidumbre que pondrán a prueba lo mismo a gobiernos que a bancos centrales e instituciones financieras. Estamos ante la duda sobre la capacidad del estado para atender los problemas de salud pública; los sistemas de salud están devastados ¿Qué hacen los estados con los impuestos de sus ciudadanos? Toman en promedio 35% de los ingresos del trabajo de sus gobernados a quienes no les están cumpliendo lo esencial. Era imposible estar preparado para algo como lo ocurrido; la evidencia es dolorosa, la mayoría de las naciones no contaban con instalaciones medianamente equipadas, con rezagos en vocaciones médicas y personal mal valorado y pagado. Entre otras cosas es una de las evidencias que vienen provocando, la alteración del humor social al límite. Con el desmedido y creciente uso del Internet, las redes sociales han contactado a las personas propiciado beneficios de idéntica proporción y magnitud a las cosas negativas que provocan como la manipulación de masas y la dispersión de odio y frustraciones globales imposibles de resolver. Este hecho presume movilizaciones de los ciudadanos contra sus gobiernos buscando respuestas que difícilmente podrán contestarse. Es, por tanto, obligado replantear el rol del Estado y el mercado para llevarlos a los principios fundamentales de la filosofía moral como la ética, el autocontrol y la empatía, reconociendo que es la dignidad humana a la que tienen que servir y no al revés. Tenemos la oportunidad para valorar la vida aquilatando a la persona por encima de cualquier valor material. Los ajustes económicos que se vienen deberán estar enfocados a la protección de la dignidad humana no al dinero.