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Opinión

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La fusión Holcim-Lafarge

Los reguladores europeos de la competencia aprobaron hace algunos meses la propuesta de fusión entre la francesa Lafarge y la suiza Holcim para crear la mayor cementera del mundo, luego de que prometieron vender varios activos.

La Comisión Europea expuso que la venta de activos aliviará las preocupaciones por una unión que puede reducir la competencia y llevar a un incremento de precios.

La decisión está condicionada a la desinversión de negocios de Lafarge en Alemania, Rumania y el Reino Unido, y de operaciones de Holcim en Francia, Hungría, Eslovaquia, España y la República Checa , indicó el regulador europeo en un comunicado.

Los compradores tendrán que recibir la aprobación de la Comisión Europea, que se espera en mayo de este año.

La Comisión Federal de Competencia anunció la autorización sin condiciones de la operación entre Lafarge y Holcim.

Durante los últimos 20 años, el mercado global de cemento ha crecido a una tasa compuesta anual de aproximadamente 5 por ciento. Es una tasa muy significativa, que para el 2012 permitió que el mercado mundial llegara a 3,710 millones de toneladas. Las estimaciones más precisas estiman que esta tasa de crecimiento permanecerá, y que para el 2017 el mercado llegará a 4,800 millones de toneladas. La fusión de Holcim con Lafarge, anunciada, reconfigurará dramáticamente el mercado de cemento del mundo, en razón de que la nueva empresa (que estaría operando a partir del 2015) ha visualizado que su actividad principal provendrá de mercados emergentes como América Latina y Europa Central.

Toda América del Norte, incluido México, es estimado como un mercado de alto crecimiento. Holcim es una firma con amplia presencia en México. Lafarge, por su parte, había sido tímida en su incursión en nuestro país hasta hace aproximadamente dos años, cuando decidió unir fuerzas en una alianza firmada con Carlos Slim y Antonio del Valle, quienes con su empresa Elementia formaron una entidad denominada Fortaleza.

El sector cementero es un sector sumamente cartelizado por tradición. Aunque Cemex ha sido un competidor global de las otras dos, pasa ahora por momentos económicos difíciles por su reestructura desde hace varios años. Los precios no varían mucho y se parecen más a los de un commodity. Las fusionantes tienen una capacidad instalada de 60%, por lo que lo más probable de la fusión será el cierre de fábricas y activos no estratégicos, sin beneficios adicionales para el consumidor o el desarrollo tecnológico. Aunque la idea de que surja un nuevo competidor con los activos desinvertidos es buena, es frecuente que a través de chicanas se les transmitan de modo que no puedan ser competidores eficientes. La competencia en Europa entre estos dos grandes desaparecerá. El comportamiento colusorio tácito será todavía más frecuente, por lo fácil que podrá ser la lectura del comportamiento de los competidores. En definitiva, una concentración que no aporta nada al bienestar del consumidor, ni a la propia competencia ni al desarrollo tecnológico. Por todos estos motivos debería a nuestro juicio ser objetada en todos sus términos, lo que lamentablemente no parece que vaya a suceder, dado el carácter timorato de la mayor parte de las agencias de competencia a nivel mundial. Aunque en México ostentan una menor participación, por Cemex, Elementia y Cruz Azul, entre otros, si se examina sobre la posibilidad de que se faciliten comportamientos o colusiones tácitos o estratégicos, es dable que todavía disminuya más la competencia. Razones de más para prohibir la fusión, cosa que no sucedió.

* Máster y doctor en Derecho de la Competencia, profesor investigador de la UAEM, y socio del área de competencia, consumidores y protección de datos del despacho Jalife & Caballero.

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