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El grupo San Ángel
En 1994 y como resultado de un artículo que escribí en donde se mencionaba el riesgo de un choque de trenes, Jorge Castañeda y yo, convocamos a la formación de un grupo integrado por miembros, a título personal, de los tres partidos políticos, PRI PAN y PRD, funcionarios del gobierno e intelectuales y analistas políticos independientes que estábamos preocupados por el conflicto político que se podía dar en las elecciones de ese año.
El objetivo era abrir espacios para el diálogo y los acuerdos, ya que las encuestas señalaban un empate técnico entre los candidatos de los tres partidos, así como para abrir espacios a la oposición en los medios de comunicación y acordar la celebración de un debate entre ellos.
El grupo, bautizado por los medios de comunicación como “San Ángel”porque en esa zona de la ciudad se llevó cabo la primera reunión, llevó a cabo en las siguientes semanas reuniones con todos los candidatos, los dirigentes de los partidos, el presidente Salinas, el secretario de Gobernación y el presidente del entonces IFE.
El grupo San Ángel fue apoyado por el mismo presidente Salinas probablemente para reducir la tensión existente por la irrupción de los Zapatistas y los asesinatos de Colosio y Ruiz Massieu, pero más allá de la voluntad presidencial, había una disposición de todos lo actores políticos al dialogo para avanzar en el fortalecimiento de nuestra democracia electoral.
Finalmente, el choque de trenes no se dio porque la elección se inclinó claramente a favor del candidato del PRI, Ernesto Zedillo, en parte por una ausencia nunca aclarada de Diego Fernández de Cevallos, candidato del PAN, y una caída en las preferencias de Cuauhtémoc Cárdenas, candidato del frente de izquierda.
La mención al grupo San Ángel viene a cuenta porque en esos momentos había la apertura de apoyar, y disposición de los partidos, el gobierno y miembros de la sociedad civil, la creación de un grupo independiente que interviniese para evitar un conflicto electoral, posibilidad que no existe ahora, debido al nivel de confrontación que ha impulsado el presidente López Obrador, su falta de diálogo con los partidos, los legisladores de oposición y su permanente descalificación a los medios de comunicación, a los periodistas y analistas políticos que hacen imposible convocar a un grupo similar.
Las elecciones del próximo año se van a dar en el peor clima político que hayamos tenido en los últimos 50 años y la que resulte ganadora en la elección se enfrentará a un país dividido, no sólo políticamente, sino con riesgo de una confrontación social. Hoy más que nunca se justificaría la creación de un espacio de diálogo similar al grupo San Ángel, sin embargo, López Obrador no aceptará nunca que su gobierno, su partido y sus legisladores se sienten a dialogar con la oposición, no le importa que esté en riesgo la tranquilidad, la unidad y la paz del país, para él lo único importante es imponer su forma de pensar.
Es necesario, ante la cerrazón al diálogo y el discurso disruptivo de López Obrador y de su candidata Claudia Sheinbaum, que los candidatos, los partidos de oposición y todos los grupos de la sociedad civil pongamos como prioridad del cambio de gobierno, la reconciliación nacional y convoquemos a un frente nacional que, más allá de los candidatos y partidos, se comprometa con el diálogo, la reconciliación y la unidad nacional.