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Opinión

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Ajonjolí de todos los moles

El ajonjolí es una de las semillas con mayor potencial de producción y comercialización en México. Sin embargo, de acuerdo con cifras reportadas por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), en el 2009 se obtuvieron sólo 22,404 toneladas de la semilla, lo que significa que en diez años su producción cayó alrededor de 45 por ciento.

Para contrarrestar los limitantes de esta actividad con alto potencial de desarrollo, en FIRA se identificó que es necesario conformar cadenas de valor que ayuden a mejorar las condiciones laborales de los productores, al tiempo que se les garantice la venta de su producto a un precio razonable.

Así, por ejemplo los productores agrícolas de ajonjolí del municipio de San Felipe Jalpa de Díaz, Oaxaca, se agruparon y organizaron para constituir una empresa con la que se plantearon integrar una red de valor que abarcara desde la producción hasta la comercialización de su producto.

Como consecuencia, los productores de ajonjolí iniciaron la construcción de una bodega de almacenamiento con capacidad para 350 toneladas de grano y adquirieron una planta de selección con ojo electrónico para clasificar la semilla por tamaño y color.

Dichas inversiones financiadas con recursos de FIRA se tradujeron en una mejor calidad y distribución del ajonjolí, con lo cual les fue posible ampliar su mercado al crear lazos comerciales con industrias panaderas, de dulce, mole y empresas de arte culinario.

Sin embargo, para que la red de valor fuera realmente funcional se requirió implementar las tecnologías adecuadas que agilizaron y mejoraron los sistemas de producción.

En este sentido, FIRA apoyó a este grupo de productores indígenas capacitándolos en la operación y funcionamiento del equipo de la planta; asimismo, les facilitó financiamiento para el acopio de grano y los apoyó para la modernización y mantenimiento constante del equipo de la planta.

Es importante mencionar que una de las necesidades más importantes para que este tipo de proyectos sean exitosos es la inclusión de procesos productivos de tipo orgánico.

Es decir, que aparte de dar un valor agregado al producto, se garantice el cuidado y la conservación del suelo y del medio ambiente. Así, al reducir el impacto negativo que supone fertilizar con productos químicos, se protege el patrimonio de los pequeños productores.

*Roberto Capitaine Carlin es agente de FIRA en agencia Tuxtepec, Oaxaca. La opinión es responsabilidad del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA. rcapitaine@fira.gob.mx

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