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Tandas para el bienestar, pros y contras
El apoyo será otorgado a través de la Secretaría de Economía; las autoridades tienen un censo de 3.5 millones de solicitantes.

Foto EE: Archivo
Sin darse a conocer aún ni el cómo registrarse, ni el cuándo empezará a funcionar, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio conocer el programa Tandas para el Bienestar, el cual busca apoyar económicamente a microempresarios del país.
“Tenemos dos acciones: una es para solicitantes en general y otra para los que viven en zonas mineras. En total es un presupuesto de 6,000 millones de pesos. Si un pequeño comerciante necesita comprar un refrigerador, una estufa, necesita un triciclo o lo que se requiera, se les da ese apoyo, transcurren tres meses y empieza a pagar 500 pesos mensuales sin intereses, en un año termina y ya recibe más. Como un sistema de tanda sin intereses y en la medida que tengamos más recursos se va a apoyar más”, declaró el mandatario mexicano.
Especialistas consultados coincidieron en que si bien es una buena iniciativa, que busca impulsar a un sector de la población que requiere de recursos para crecer en su negocio, faltan puntos por aclarar.
Isabel Cruz, directora de la Asociación Mexicana de Uniones de Crédito del Sector Social (AMUCCS), opinó que son bienvenidas todas las iniciativas que busquen apoyar a pequeños y medianos empresarios ya que este sector concentra la mayor parte de los empleos, sin embargo, para que un crédito rinda frutos se requiere capacitación y orientación previa.
“Si bien el programa tuvo un principio de microfinanzas como reducir el número de trámites para hacerlo, hay encuestas que demuestran que antes del crédito hay temas que se deben conocer como conocer el tipo de negocios al que se quiere entrar, los trámites para aparecer en el mercado sin riesgo, sin que los anden persiguiendo, porque si bien son personas que no tienen grandes inversiones, tampoco son ambulantes”, explicó.
“Luego necesitan asesorías de mercado de cómo vender, cómo presentar el producto, cómo establecer el costo, los ingresos, cuándo ya se puede saber que se obtuvo una ganancia o se van a gastar el dinero por anticipado”.
La directiva aseguró que un negocio por más simple que parezca requiere herramientas de organización empresarial y asistencia técnica, por lo que empezar sólo con el crédito es un diagnóstico muy parcial.
“El que paguen o no es un problema de moralidad sino de capacidad de pago, y aunque este crédito es adaptado, se busca hacer microempresas con pagos mensuales, pero, aun con los meses de gracia, se tiene que pagar, entonces ésos sólo pueden ser negocios de tipo comercial”.
Isabel Cruz ve complicado que la gente le pague un crédito al gobierno, por lo que sería mejor que se canalice a través de instituciones financieras para que pueda tener mayor éxito y crear mercado.
Por su parte, Patricio Diez de Bonilla, director general de Compartamos Banco, consideró que con dicha medida se busca reducir la inequidad y generar la inclusión social y financiera, sin embargo, el hecho de que se considere una tasa cero en los préstamos hace que el programa se vuelva limitado.
“El crédito, como cualquier otro producto, tiene un costo asociado, porque nosotros pedimos recursos a terceros para poder prestar, adicional a esto hay cargos de provisionamiento que te pide la Comisión Nacional Bancaria y de Valores; los costos administrativos y operativos de otorgar un crédito son altos, por lo tanto prestar a tasa cero hace que económicamente sea inviable porque no generas ingresos para cubrir los gastos que se hacen”, explica.
Aseguró que para tener un Índice de Morosidad bajo se requiere una gestión continua hacia los beneficiarios, lo cual también representa un gasto extra.
“Se debe dar a los clientes un seguimiento constante, hablando con ellos, hay un trabajo muy fuerte para mantener la cartera vencida baja y, si no se hace, el programa de esos 6,000 millones de pesos pudiera tener un Índice de Morosidad tan alto, que sea más inviable mantenerlo en el tiempo”.
Diez de Bonilla aplaudió el esfuerzo del gobierno federal y aclaró que este tipo de programas no perjudica a la microfinanciera Gentera, matriz de Compartamos Banco, pues los montos que manejan son completamente diferentes.
“(Tandas para el Bienestar) es un programa por un monto de 6,000 millones de pesos, nosotros al mes desembolsamos unos 8,000 millones de pesos, lo que hace que al año estemos desembolsando más de 90,000 millones con crédito, por lo que en realidad es una ayuda extra a este segmento de la población. Lo que vemos es que será un reto implementarlo no sólo porque tienen una tasa cero y los gastos administrativos sino por lo difícil: no es colocar el crédito sino recuperar el mismo”, concluyó.
alba.servin@eleconomista.mx