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“En México no hay una cultura de altruismo”
En 50 años, Armando Sauer ha realizado 113 donaciones de sangre de manera voluntaria y asegura que es necesario que la sociedad mexicana se solidarice porque “ayudar y donar sangre, es dar vida”.
En 50 años, Armando Sauer ha realizado 113 donaciones de sangre de manera voluntaria y asegura que es necesario que la sociedad mexicana se solidarice porque “ayudar y donar sangre, es dar vida”.
Sauer Ramírez cuenta a El Economista que su primera donación fue a la edad de 18 años, en 1967, debido a la necesidad de ayudar a su padre; pero dice que el reconocimiento de saber que ayudó a su familiar a seguir viviendo fue lo que lo motivó a continuar con esta acción.
“En México no tenemos esa cultura, la gente únicamente dona por la necesidad de ayudar a su familiar o conocido, pero no por altruismo”.
A lo largo de su vida, el médico cirujano ha sido reconocido por su labor, tanto por el Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea de la Secretaría de Salud como por el banco de sangre del Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
“La Gota de Cristal la recibí por donaciones de plaquetas, me cambié de línea y doné 18 veces en un año para recién nacidos con leucemia y de eso logré donar 270 veces, más las 113 de sangre, más una (de) médula ósea. Tengo 71 años de edad y estoy completito. Donar sangre es la eterna juventud, no tengo enfermedades, estás bien y ayudas”.
Señala que el gobierno no puede obligar a las personas a ser donantes altruistas, por ello considera importante que desde la casa y las escuelas, principalmente universidades, ya que a partir de los 18 años se puede donar, se promueva el altruismo.
“El 2% de la población mundial somos los únicos que donamos de manera voluntaria y en México hay más apatía, entonces esto se va a complicar en medio de una emergencia por Covid-19”, afirma.
El Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea puntualiza que de acuerdo con estudios científicos, las personas que donan sangre periódicamente disminuyen el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Con una sola donación se pueden salvar hasta tres vidas, porque de la cantidad de sangre, una vez procesada, se extrae una unidad de eritrocitos, otra de plasma y otra de plaquetas.
