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Debemos pasar de una sociedad de privilegios a una de derechos: Luis de la Calle
En el libro “La economía de la extorsión. El lastre que despoja a México”, editado por Debate, Penguin Random House, plantea que ese fenómeno es la característica sistémica que funciona como un obstáculo para que las micro, pequeñas y medianas empresas tengan éxito.

FOTO: “La economía de la extorsión. El lastre que despoja a México”, editado por Debate, Penguin Random House.
Si queremos realmente un país exitoso, necesitamos transitar de una sociedad de privilegios a una sociedad de ciudadanos, con derechos que se ejerzan y eso implica respetar la propiedad, planteó Luis de la Calle Pardo.
Entrevistado con motivo de la publicación de su libro “La economía de la extorsión. El lastre que despoja a México”, editado por Debate, Penguin Random House, explicó que el origen histórico de la práctica de la extorsión en México está relacionado con tres temas: primero, no respetamos los derechos de propiedad, porque se percibe como si fuera ilegítima, como si no fuera un derecho humano el ser dueño de tu salario, casa, negocio, terreno, maquinaria, etcétera. Hay una sospecha de que a lo mejor se obtuvo de manera ilegítima y como ladrón que roba a ladrón… te puede extorsionar.
En segundo término, tenemos la percepción de que cuando alguien genera utilidades, éstas son ilegítimas. No promovemos el éxito, porque no se atribuye al producto de tu esfuerzo y productividad.
Tercero, en México tenemos una historia, que es el fundamento del régimen priista, que es el régimen de concesión, es decir el gobierno otorga derechos en lugar de que los reconozca y ese otorgamiento lleva a que el beneficiado le concede al gobierno su silencio y acuerdo de que gobierne.
Para el también doctor en derecho por la Universidad de Virginia, ese régimen concesionario, en el fondo es una forma de extorsión.
En el epílogo del libro señala que en el país, a pesar de que el gobierno del presidente López Obrador ha puesto eliminar la corrupción como eje central para su administración, la concentración de las facultades en el Ejecutivo, el desmantelamiento de instituciones, la creación de regulaciones innecesarias para empresas y la ausencia de contrapesos, inevitablemente llevarán al renacimiento del régimen concesionario del PRI contra el que supuestamente el mandatario y muchos otros han luchado por décadas.
El texto plantea la hipótesis de que la extorsión es la característica sistémica que funciona como un obstáculo para las micro, pequeñas y medianas empresas tengan éxito y explica por qué.
El problema que tenemos en México es que cuando las empresas las micro y las pequeñas comienzan a tener éxito, inmediatamente son sujetas de extorsión. Entonces las empresas dicen “si voy a crecer y me van a extorsionar, mejor me quedo chico. Sigo en la informalidad, no trato de innovar y ofrecer nuevos productos y servicios. Tampoco trato de vender fuera de mi ámbito porque en cuanto trato de subirme al sistema de distribución me extorsionan”.
En ese sentido destacó que México es uno de los países que más empresas tiene y la pregunta es por qué no crecen. La respuesta que ofrece dice que es porque toman una decisión racional de que crecer es demasiado peligroso.
Aborda la discusión sobre la extorsión desde un análisis de los estudios y aportaciones hechos por diferentes organismos y autores sobre el particular y el crecimiento, sus costos, la relación de ésta y la desigualdad, el ecosistema jurídico, político y electoral en el que se recrea y reproduce, hasta su organización y cómo influye en el mercado laboral.
El también exsubsecretario de Negociaciones Comerciales Internacionales en la Secretaría de Economía expuso que el tránsito hacia un país democrático con derechos para todos e incluyente, es parte de la construcción de un país moderno. “Entonces el libro lo que trata de hacer es decir ¡oye, todas estas cosas que parecen normales tienen un altísimo costo en términos de crecimiento para el país.”
A lo largo del texto subraya que, para tener un régimen donde haya poca extorsión y poca corrupción se requieren instituciones sólidas, en un Estado relativamente fuerte, no necesariamente grande, sino fuerte con autoridad moralidad y capacidad de ejecución.
De la Calle Pardo indicó que una de las razones por la que en México es tan prevalente la extorsión es porque no tenemos instituciones sólidas para la impartición de justicia y muchas veces la justicia se termina impartiendo en el ámbito privado y la gente abusa y extorsiona para obtener resoluciones a su favor.
En su opinión la construcción de instituciones, por naturaleza es un trabajo lento. “El establecimiento de instituciones toma tiempo y, por lo tanto, debe ser ininterrumpido. Si nos distraemos en esa construcción retrasamos el desarrollo”.
El libro “La economía de la extorsión. El lastre que despoja a México” es una invitación para pensar que esto que nosotros vemos como normal no lo es. No solamente es nocivo, incorrecto e ilegal, sino que tiene un enorme impacto en términos de crecimiento.
Es una invitación para que pensemos que la falta de crecimiento del país no se explica solamente, ni mayormente por las grandes variables macroeconómicas, sino porque hay una forma de organización social en la que la extorsión reina, lo cual es contrario al crecimiento económico porque impide que las pymes se desarrollen crezcan y tengan éxito.
diego.badillo@eleconomista.mx

