Lectura 4:00 min
¿Qué quiere una mujer?

Opinión
Otro año más de conmemorar el ocho de marzo, otra oportunidad más, para recordar lo valiosas que somos, lo importante que es nuestra presencia en el mundo, donde nuestras capacidades y nuestra forma de pensar es única e invaluable. Si, hoy ocho de marzo, nos movilizamos y nos solidarizamos con todas las batallas que cada mujer y niña en este país y en el mundo entero lucha en el día a día, por hacer escuchar su voz, por tener el coraje de mostrar al mundo lo fuertes, cariñosas, nobles, responsables y solidarias que somos. Si, porque una mujer es esto y mucho más. Más allá de conmemorar el ocho de marzo, habría también que firmar un nuevo pacto con nosotras mismas, donde sin importar las circunstancias nunca nos abandonemos por nada ni por nadie.
No cedamos a nuestro brillo, sin importar cuan oscura o dura pueda parecer la vida a veces. No bajemos la guardia, y renunciemos a nuestros sueños, anhelos, a las ganas se ser libres y plenas. Más allá de las circunstancias, no perdamos nunca la esperanza de lo que somos y lo importante que es estar en el aquí y en el ahora. Si, nadie duda que la situación es crítica. Todos los días nos enfrentamos a una nueva ola, pero no olvidemos que, si el mar se mide por olas, la distancia se mide por alas, y eso es por lo que estamos aquí, para hacerlas crecer, para fortalecerlas y volar muy alto. Una a una, ayudándonos y tendiéndonos la mano. Si, hoy no celebramos el hecho de ser mujeres.
Recordamos lo que una mujer quiere y merece, lo que como sociedad nos debemos responsablemente, y que por sobre todas las cosas merece un cuidado colectivo y solidario. Una mujer quiere, no ser solamente reconocida por quien es, sino valorada por lo que es y sabe hacer, por lo que representa, lo que inspira, por lo que construye, porque más allá de su poder, tiene la capacidad de transformar la realidad, de dotar de sentido, ahí donde todo se ha perdido, de crear experiencias inéditas, ahí donde todo parecía perecer y volverse infértil. Una mujer quiere un espacio propio, donde la vida pueda dotarle de oportunidades de crecimiento, legitimidad, respeto, libertad y fuerza. Donde sus decisiones sean respetadas, donde su cuerpo se vuelva ese espacio íntimo y privado más valioso y que nunca debería estar en peligro por nada ni por nadie, donde sus deseos sean solo a partir de su descernimiento y no por mandato. Donde la dignidad de cada una sea ante todo reconocida y defendida por la sociedad, porque esto no solo depende de mujeres, sino de todos, todas y todes.
Este ocho de marzo, nos reunimos para recordar lo que se ha logrado en el camino, pero también lo mucho que falta por hacer, donde la violencia y crueldad contra las mujeres y niñas sigue siendo parte de un cruel paisaje cotidiano, y donde las inequidades laborales, salariales, de discriminación y de género no dan tregua. Hoy también conmemoramos el dolor de aquellas que han desaparecido, que han sido asesinadas, que viven violencias y que no han podido encontrar el espacio que merecen y les corresponde…Por ellas, por todas, sigamos paso a paso, trazando el camino, abriendo los espacios, responsabilizándonos de seguir cuestionando presupuestos en una doble estrategia entre lo que hemos heredado cultural y socialmente, para transformarlo y re-escribir una nueva historia de lo que quiere una mujer, en la cual tod@s formemos parte.
Para todas las guardianas, guerreras, herederas que están y las que se han ido.